Recientemente nos preguntábamos en Hispanidad qué nos está pasando cuando publicábamos la noticia de que tres niños de seis años se ensañaron con los genitales de una niña de su misma edad... durante todo el curso.

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Desgraciadamente este tipo de aberraciones ocurren en otros países, como por ejemplo, Portugal. Allí, un niño de 11 años ha sido sodomizado por ocho compañeros de colegio, de entre 13 y 16 años, que, tal como recoge La Razón, utilizaron el palo de una escoba en presencia de trabajadores del centro, que no hicieron nada. 

La Junta también indicaba que fue el 19 de enero cuando un alumno del Agrupamiento de Escuelas de la localidad fue «sodomizado por varios compañeros». Y denunció que en el mismo colegio ya se habían registrado antes «agresiones constantes practicadas por algunos alumnos» y que otra estudiante fue «forzada» por varios compañeros a «contactos íntimos». De ahí que el órgano municipal indique que se vive un clima de terror, ya que la escuela no ofrece condiciones de seguridad y renuncia a su deber de asegurarlas. Y afirmó que hay niños que se niegan a ir al colegio por miedo.

Según una fuente de la Guardia Nacional Republicana (GNR) ha explicado a EFE, se está llevando a cabo la investigación sobre si realmente había algún trabajador presente cuando se produjo la agresión. Este cuerpo policial tuvo conocimiento de lo ocurrido tres días después, a través del centro de salud al que se desplazó el niño.

Ante noticias como esta, es el momento de recordar el 'legado' de Irene Montero cuando la entonces titular de Igualdad decía aquello de que «La educación sexual es un derecho para todos los niños, niñas y niñes aunque sus padres no quieran que lo tengan». Así, todo está bien en lo que a la educación sexual de los niños se refiere. A los más pequeños se les lava el cerebro con charlas sobre placer, masturbación, relaciones sexualescuentos narrados por Drag Queens, pero esto nada tiene que ver con hechos como los publicados en estas noticias. Porque, ya lo dice Irene, la educación sexual es un derecho de los niños. Si lo dice Irene...