Desde su despedida a Noelia Vera como secretaria de Estado de Igualdad, desde que la ministra le escribiera ese "te quiero mucho" estamos descubriendo a una Irene mucho más emocional, afectiva, cercana.

Es como si Irene se estuviera convirtiendo: otro ejemplo, ahora quiere que, a través del ministerio de Igualdad, las empresas persigan "miradas impúdicas" y "comentarios sobre la apariencia sexual".

guia prevención acoso sexual

Irene ha superado incluso a su compañera Ione, cuando esta presentó una guía con instrucciones para que las mujeres del partido las aplicaran a su forma de vestir, expresarse y comportarse ante el público. Es decir, cultura soviética totalitaria: decirle a las podemitas cómo deben vestir y comportarse. Y para que tuvieran un modelo a seguir, Belarra propuso.. a Inmaculada Colau, tanto en estilo como en forma y modos. 

Pero volvamos con el manual del ministerio que señala como algunas de las conductas que no se deben permitir "bromas y comentarios sobre la apariencia sexual", los contactos "indeseados" en redes sociales o las "miradas impúdicas". El protocolo tipifica las actitudes que deben ser consideradas como acoso y articula todo un procedimiento integral de actuación para que la empresa detecte, investigue y sancione a los agresores.

Conductas

Hay una tercera categoría de "comportamientos físicos" que tiene que ver con los contactos no consentidos, "abrazos o besos no deseados" o "acercamiento físico excesivo", pero en eso ya están ayudando mucho a Irene las medidas anticovid.

Cualquiera de esas conductas debería ser denunciada y, para ello, se propone un mecanismo confidencial, que no secreto, para activar una investigación interna en la empresa. Esa instrucción estaría en manos de un comité especializado, formado por miembros de la dirección y representantes de los trabajadores, que llamarían a los dos a prestar declaración y recogerían las pruebas o las versiones de los potenciales testigos.

Según publica El Mundo, uno de los aspectos más relevantes del protocolo es la exigencia de celeridad. Cualquier denuncia debe resolverse entre tres y cuatro semanas después de presentarse. De modo, que se corte el problema cuanto antes. De lo contrario, se cree que se desincentivan las denuncias y se provoca que, en casos graves, la mujer se vea forzada a dejar su empleo, la temida "doble victimización".

Por cierto, a la nueva propuesta de Montero ha respondido el diputado de Vox, Iván Espinosa de los Monteros.

inquisición

El rumor inunda Madrid: ¿acaso se está convirtiendo al cristianismo más pío la ministra podemita? Ya se ha ubicado en el noveno mandamiento: "no consentirás pensamientos ni deseos impuros"... y subiendo.

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