Una monja ugandesa, tras una Santa Misa del Papa Francisco por los Mártires de Uganda, en Kampala
Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Uganda, país en el que, pese a que el islam es minoritario, las últimas semanas se han intensificado los ataques y la persecución a cristianos conversos por parte de sus familiares. Es el caso de Juma Waiswa, de 38 años, su esposa de 32 años, Nasimu Naigaga y su hija de 13 años, Amina Nagudi, quienes fueron gravemente agredidos en el distrito de Namutumba tras conocer su reciente conversión, recoge Religión en Libertad.
Waiswa fue invitada a una reunión con sus familiares donde se produjeron los ataques. “Durante la reunión, les dijimos que creíamos en Jesús y que nos convertimos al cristianismo”, dijo Waiswa. “Nos dijeron que renunciáramos a Jesús, pero nos mantuvimos firmes en la fe", relató a Morning Star News.
“Cuando nos negamos a retractarnos, mi padre recitó algunos versos del Corán y comenzaron a golpearnos con palos a la fuerza como se prescribe en el Corán, alegando que éramos apóstatas. Como esto no era suficiente, mi padre entró en la habitación, cogió una botella de ácido y empezó a rociarnos mientras el grupo empezaba a gritar: 'Allah Akbar [Allah es grande], merecéis la muerte”.
Las víctimas de aquel ataque lograron huir para salvar su vida, sin ser conscientes de que habían arrojado la sustancia sobre ellos hasta que comenzaron a sentir "un grave escozor hasta que se intensificó el dolor". Tras escapar, Waiswa y su mujer fueron trasladados al hospital junto con su hija, gravemente afectada por las quemaduras.
Si bien la mayoría de las personas en Uganda son cristianas, algunas regiones orientales y centrales del país tienen concentraciones más altas de musulmanes. Alrededor del 12% de la población de Uganda es musulmana, en su mayoría sunita, y los ataques armados y los asesinatos de conversos no son raros en la región. Más del 83% de los ugandeses profesan el cristianismo.
“La influencia del islam radical ha crecido constantemente, y muchos cristianos dentro de las regiones fronterizas de mayoría musulmana se enfrentan a una severa persecución, especialmente aquellos que se convierten del Islam”, señala la organización Voz de los Mártires.
Al parecer, fue castigada por su familia por abandonar el islam, concretamente por emanciparse y abrazar la religión cristiana; en resumen, era «culpable» de apostasía
Nos vamos ahora a Irak, donde una mujer kurda convertida del islam al cristianismo fue encontrada asesinada. Middle East Concern informó el 10 de marzo de 2022 de que unas semanas antes de que se encontrara su cadáver, el 7 de marzo, la joven había anunciado en las redes sociales que se había hecho cristiana, recoge Puertas Abiertas.
El informe también afirmaba que se estaba preparando para el bautismo. Según Asia News, que informó con más detalle el 9 de marzo de 2022: «Al parecer, fue castigada por su familia por abandonar el islam, concretamente por emanciparse y abrazar la religión cristiana; en resumen, era «culpable» de apostasía. Su asesinato tuvo lugar cerca del aeropuerto internacional de Erbil, no lejos de Ankawa, el distrito predominantemente cristiano de Erbil». Tanto su tío como su hermano habrían participado en el asesinato.
Henriette Kats, analista de Puertas Abiertas, afirma que es un hecho conocido que la violencia contra las mujeres es un problema en Irak y la región circundante: «Sin embargo, no es frecuente que los medios de comunicación se hagan eco del asesinato de una conversa. El Kurdistán iraquí es conocido por ser relativamente tolerante con la disidencia, aunque hay indicios de que esta tolerancia está disminuyendo. Los informes apuntan a la implicación del tío y del hermano en el asesinato, lo que confirma que la familia es uno de los principales motores de la persecución de los conversos en la región. Según la enseñanza islámica radical, el castigo por apostasía del islam es la muerte. Sin embargo, las leyes del Kurdistán iraquí permiten el cambio de religión y varios líderes musulmanes, cristianos y gubernamentales han condenado el asesinato. Ahora queda por ver cómo tratarán las autoridades judiciales este asunto, sobre todo porque al gobierno regional le gusta presentarse ante Occidente como democrático y tolerante con las religiones no islámicas de la zona».