Decíamos en Hispanidad que el sirio Abdalmasih H., que apuñaló a seis personas, cuatro de ellas menores, en la localidad francesa de Annecy, aseguró actuar en nombre de Jesucristo. Añadía el engaño a la infamia porque nuestro terrorista es musulmán, no cristiano. Lo que ocurre es que sus jefes le habían dicho que se hiciera pasar por cristiano, cristiano perseguido por el Estado Islámica, para así poder ser admitido en Europa como refugiado. Y así lo hizo nuestro chavalote, que logró burlar a la aduana sueca, que sí le otorgó la condición de refugiado político, hazaña que estaba dispuesto a repetir en Francia. 

apuñalamiento

En Algeciras, recordar el caso de Diego Valencia, asesinado por el yihadista Yasin Kanza. Entonces, El Confidencial publicaba que el compañero de piso del presunto autor del crimen en Algeciras (Cádiz) aseguraba que el detenido veía a todo el mundo como "infiel" desde que empezó a cambiar hace dos meses."Empezó a rezar. Se dejó la barba y empezaba a hablar de cosas que no tenían sentido. Hablaba del demonio, de Dios", dijo su compañero, Ayman, en declaraciones a TV3 recogidas por Europa Press, con el rostro cubierto. Los investigadores de la Policía hallaron unos pendrives con contenido yihadista en el registro de su vivienda y el juez lo relacionaba con el salafismo yihadista.

Pues bien, en las últimas semanas, se están repitiendo sucesos similares en Francia y también en España. Uno de los más recientes, en España, el caso de un policía que ha salvado la vida, gracias a su chaleco antibalas, tras ser apuñalado con un cuchillo de 24 centímetros, por un tunecino de 24 años, tal como recoge Vozpopuli. El agresor tenía seis antecedentes policiales. La mitad de ellos por atentado contra agentes de la autoridad. También por resistencia y desobediencias y robos.

A estos ataques se une, en el momento actual, la indefensión a la que se ven sometidas la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que, gracias a la modificación de la denominada Ley Mordaza, ‘Ley Mordaza’, una ley que aprobó el PP precisamente para garantizar eso, la seguridad ciudadana,  por parte del gobierno sociopodemita que según denunciaba en su momento Agustín Leal, portavoz de Jucil: "nos llevará a unos índices de delincuencia nunca vistos hasta ahora en nuestra sociedad, en los que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo tendremos muy difícil para combatir la delincuencia y garantizar la libertad y seguridad de nuestros compatriotas".

Continuaba en su entrevista Agustín Leal: Los auténticos rehenes de este despropósito serán los españoles, que se convertirán en rehenes de los violentos. El que en las calles no tengamos seguridad llevará a una merma de nuestra calidad de vida y una amenaza en la línea de flotación de nuestro Estado de Derecho".

Y es que, la modificación de la Ley de Seguridad Ciudadana, para empezar limita gran parte de su material de trabajo a los agentes, por ejemplo las pelotas, lo que a su parecer compromete su actuación y su "capacidad de reacción", además, de "entorpecer" su trabajo

Fuentes policiales afirman que los cambios depenalizan la distribución de imágenes de agentes grabadas por terceros, lo que pondría en riesgo su seguridad, además busca el no penalizar la celebración de manifestaciones espontáneas sin comunicación previa y reduce las multas relacionadas con incidentes violentos. Por otro lado, el cambio en la norma exige que los policías tenga que devolver en un plazo inferior a dos horas al punto inicial a un ciudadano al que hayan llevado a comisaría por no tener identificación. 

"El Gobierno vuelve a dejar a los pies de los caballos a los policías. Esta reforma es un ataque frontal a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la eliminación del principio de autoridad que vuelve a regir en los cuerpos policiales de cualquier estado democrático", sostenía el secretario general de Jupol, Aarón Rivero.