Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Nigeria, donde un catequista fue secuestrado por bandidos. Se trata del P. Joseph Shekari, que ya había sido secuestrado el 6 de febrero de 2022, de forma similar. El sacerdote había sido puesto en libertad un día después, informa Fides.

P. Joseph Shekari

Se trata del último ejemplo de un alarmante aumento de asesinatos y secuestros de sacerdotes católicos en este país. En concreto, SBM Intelligence reveló que al menos 39 sacerdotes fueron asesinados y otros 30 fueron secuestrados durante el 2022, recoge Aciprensa.

En el informe titulado ‘Ataques a sacerdotes’, publicado el lunes 23 de enero, se registraron un total de 145 sacerdotes católicos heridos el año pasado. “Aunque existían temores de que los secuestros fueran una persecución a la fe cristiana, el imperativo financiero de los secuestros eclipsó de alguna manera esas preocupaciones”, agregó el reporte.

SBM Intelligence explicó que, de los asesinatos, 28 los perpetraron los secuestradores, tres por pastores, dos por el Pueblo Indígena de Biafra (IPOB, por sus siglas en inglés), dos por el grupo terrorista de Boko Haram y uno por bandidos.

Nigeria ha estado luchando contra una oleada de violencia orquestada por pandillas. Los delincuentes llevan a cabo ataques indiscriminados, secuestros a cambio de rescate y asesinatos. El país también sufre la insurgencia del grupo terrorista musulmán Boko Haram desde 2019. Según los informes, esta agrupación criminal tiene como objetivo convertir a Nigeria en una nación islámica.

El cardenal Oswald Gracias de Bombay, principal prelado católico del país y estrecho asesor del Papa Francisco, dijo que los incidentes reflejan "el peligro de cualquier ley de conversión

Nos vamos a la India, donde dos incidentes distintos de acoso ocurridos a mediados de enero, con apenas 48 horas de diferencia, recordaron vívidamente las amenazas a las que se enfrenta la pequeña pero vibrante minoría cristiana, que se ve cada vez más amenazada por una fuerte oleada nacionalista dentro de la mayoría hindú del país, recoge Infocatólica de CruxNow. Esa corriente nacionalista hindú suele considerarse parte de la base electoral del primer ministro del país, Narendra Modi, y aliada de su partido político BJP.

En ambos casos recientes, clérigos y laicos católicos fueron acusados de violar las controvertidas leyes indias contra la conversión, que según los críticos se utilizan a menudo para intimidar y marginar a grupos minoritarios. El cardenal Oswald Gracias, de Bombay, principal prelado católico del país y estrecho asesor del Papa Francisco, dijo que los incidentes reflejan «el peligro de cualquier ley de conversión».

El 18 de enero, un sacerdote católico llamado Padre Joseph Amuthkani, co-pastor de una parroquia local, fue detenido por la policía en Thandla, en el noreste de la India, después de haber viajado a un pequeño asentamiento cercano para celebrar misa. Según el padre Peter Kharadi, funcionario eclesiástico local, un grupo de hindúes fundamentalistas empezó a acusar a Amuthkani de actividad misionera ilícita en virtud de las leyes indias contra la conversión.

Sólo dos días antes, unos 40 miembros del personal de una ONG jesuita llamada «Vishwa Mandal Sevashram», dedicada al desarrollo socioeconómico, fueron asaltados en un tren cuando llegaban a Sangli, en el sureste. Activistas hindúes de derechas atacaron al grupo; un profesor resultó herido en la cabeza y varios miembros del personal sufrieron heridas leves.

«La Iglesia Católica está completamente en contra de las conversiones forzadas», dijo. «Cualquier conversión forzada no es lícita y no es una conversión en absoluto. Todo nuestro pensamiento y filosofía es claro: queremos dar testimonio de Cristo y nunca, de ninguna manera, forzaríamos o presionaríamos a nadie», declaró el cardenal Oswald Gracias.

Los lugares de culto y los monasterios, donde las comunidades buscan la paz y la reconciliación, sufren cada vez más ataques», afirma la Iglesia

Y en Myanmar, tras una serie de ataques del ejército en zonas de mayoría cristiana, en un país devastado por la guerra civil desde hace dos años, la iglesia ha instado a la dictadura militar que gobierna el país a proteger los lugares de culto, recoge Infocatólica de ACN.

El pasado 15 de enero la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Chan Thar fue incendiada por el ejército birmano, que derrocó al gobierno civil en febrero de 2021. El templo, que pertenece a la archidiócesis de Mandalay, tiene 129 años de antigüedad, según Ucanews.

«Los lugares de culto y los monasterios, donde las comunidades buscan la paz y la reconciliación, sufren cada vez más ataques», afirma la Iglesia en una carta abierta firmada por el cardenal Charles Bo, de Yangon, y los arzobispos Marco Tin Win, de Mandalay; y Mons. Basilio Athai, de Taunggyi. «¿Por qué se atacan y destruyen estos lugares sagrados?», se preguntaban en la carta, hecha pública el 20 de enero.

En el ataque del 15 de enero, los militares también prendieron fuego a un convento centenario de las Hermanas Franciscanas. Cinco de las 16 diócesis del país – Loikaw, Pekhon, Hakha, Kalay y Mandalay – están afectadas por los continuos conflictos entre el ejército y los grupos étnicos rebeldes, algunos de cuyos miembros pertenecen a diversas confesiones cristianas. La carta, sin embargo, no culpaba directamente a la junta militar de los ataques contra las zonas de mayoría cristiana.