La ‘Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales’ (APDDA), a través de los diputados Joan Capdevila y Xavier Eritja, miembros de la asociación,  ha presentado cuatro preguntas al Gobierno en relación con la protección de los Grandes Simios. Esta iniciativa parlamentaria parte de las recientes investigaciones encabezadas por la Dra. Yulán Úbeda que han evaluado por primera vez el repertorio de trastornos mentales en una especie no humana, adaptando el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM) de humanos para chimpancés que habían sido rescatados de ser utilizados como mascotas y en el ámbito del espectáculo (circo, anuncios, películas, reclamos turísticos...). El estudio concluye que existen nueve categorías principales de diagnóstico de trastornos mentales para chimpancés, muy similares a las de los humanos, con valores adecuados de fiabilidad y validez estadística.
En la misma línea -destca la APPDA- no se puede ignorar que los organismos internacionales abordan de forma conjunta la protección de Grandes Simios, cetáceos y elefantes, pues son numerosos los estudios que apuntan a un malestar psicológico en cetáceos (orcas, por ejemplo), como consecuencia de su vida en cautividad, así como las investigaciones sobre la evaluación de trastornos mentales como el trastorno por estrés post-traumático en elefantes, como consecuencia de tenencias y usos inadecuados con la especie.

Y todo esto nos recuerda al  'Proyecto gran simio', aprobado por expertos de todo el mundo, entre los que destacan la etóloga Jane Goodall premio Príncipe de Asturias 2003, el cual ya está en sazón. Avanza la campaña internacional que lanzó la organización Proyecto Gran Simio para pedir a la UNESCO que los grandes simios fueran declarados ‘Patrimonio vivo de la humanidad’. 

El proyecto sostiene que los grandes simios comparten con los seres humanos numerosas capacidades cognitivas, iguales a las nuestras y que deben ser considerados “personas no humanas”, ya saben en la línea de los 'seres sintientes' que estudiarán los alumnos de la ESO gracias a la Lomloe. Al final, lo que resulta curioso, es que el simio sí tiene derechos, el humano no nacido no.

Además hay estudios que apoyan estas teorías, como el que ha difundido recientemente la publicación científica Proceedings of the Royal Society B. El documento sostiene que los gorilas tienen amistades que duran toda la vida y que se forman incluso entre animales que no son parientes. También celebran grandes reuniones anuales y hay grupos de solteros o núcleos familiares de varios tamaños. Lo que viene a ser una red social de toda la vida.

El estudio revela además, que, en algunos aspectos resultan bastante familiares. Los investigadores han visto machos dominantes cuidando solos de las crías, cuando las hembras se ausentaron -esto se lo apunta Irene para sus campañas promocionales- o grupos de gorilas a los que les gustaba reunirse en un mismo momento para mezclarse y socializar. Igualito que los humanos pero mucho más sensibles, naturalmente.