Llegan las 'casas feministas'
Las principales teorías feministas sobre habitabilidad sostienen que la distribución actual de las viviendas es "fruto del heteropatriarcado y del papel de cuidadoras que se ha adjudicado tradicionalmente a las mujeres". Por ese motivo, en los últimos años han comenzado a proliferar las construcciones con "perspectiva de género". Este tipo de estructuras pronto serán obligatorias en el País Vasco y también se están estudiando en Cataluña y la Comunidad Valenciana.
¿Sabían que para identificar si una casa garantiza "la habitabilidad con perspectiva de género" y evita desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito doméstico, hay que comprobar el tamaño de la cocina y su disposición? Y, otra de las características propias de una vivienda feminista, existe un espacio propio para la colada y no hay un dormitorio principal.
El Gobierno vasco va a la cabeza de las normativas que afectan a las 'casas feministas' -aunque Barcelona y la Comunidad Valenciana también avanzan-, de manera que aunque todavía no ha entrado en vigor, ha desarrollado un nuevo decreto de habitabilidad. Esta norma establece que las viviendas de nueva construcción deben tener un mínimo de 25 metros cuadrados, de los cuales al menos siete deben destinarse a la cocina. Además de ampliar el tamaño de cocina, se busca crear espacios abiertos e interrelacionados, por lo que es preferible un diseño tipo cocina-comedor o situar la cocina al lado del comedor "de forma que se pueda unir o tener conexión visual" para evitar "la exclusión o la discriminación" de la persona encargada de cocinar.
Arquitectura feminista, para una sociedad "feminista", no habrá habitación principal, no tendremos un cuarto de baño en ninguna habitación, éstas serán de 12 metros cuadrados, todas, sin excepción....
— David (@Dsagunt) March 2, 2022
Vamos, ahí tenemos al #NOM (#NWO) metiéndose hasta en tu casa...#PaisVasco,.. pic.twitter.com/foZg9u5VFx
Y nosotros que pensábamos que se solía relacionar directamente a la mujer con la cocina, en un argumento nada feminista...
Dicen los responsables de promocionar estas 'casas feministas' que: "Para incorporar la perspectiva de género en las políticas de vivienda, es más importante que nunca garantizar la visibilidad de todos los ámbitos donde se llevan a cabo tareas domésticas y garantizar la participación en estas tareas de todas las personas", así lo ha explicado Laura Pérez, concejala de Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona, en declaraciones a la revista Qüestions d’habitatge.
Según LibreMercado, otra de las ideas que pretende introducir esta regulación es la "desjerarquización" de los espacios, por lo que ya no puede existir un dormitorio principal más amplio con baño incorporado. El decreto del País Vasco establece que todos los dormitorios deben tener como mínimo 10 metros cuadrados, sin diferenciar unos de otros, porque "el lavabo en suite jerarquiza claramente un dormitorio y determina una ocupación desigual del grupo de convivencia". En el caso de que haya tres habitaciones, se permite que una de ellas ocupe 8,5 metros cuadrados.
Las nuevas construcciones feministas también constarán de "un espacio reservado para el ciclo de lavado de ropa, que podrá ubicarse en la cocina -empezamos a entender por qué esta estancia de la casa debe ser tan grande- en el aseo o en un recinto específico para esa función". De esta forma se garantiza "la funcionalidad del entorno físico" y se facilita la "corresponsabilidad".
Y en lo que respecta al cuarto de baño, debe facilitarse su "uso simultáneo". Desde el Instituto Municipal de Vivienda de Barcelona proponen hacerlo a través de "cuartos compartimentados por usos, que permiten la utilización simultánea sin tener que duplicar la dotación completa de elementos", es decir, separar el váter del lavabo con un tabique para que dos personas utilicen ambos elementos a la vez.
Por el momento esta normativa no es obligatoria, pero ya supone una guía para elaborar la normativa que condicionará las construcciones de las futuras casas feministas destinadas a acabar para siempre con las desigualdades de género, según sus ideólogos.