Policía local de oviedo
Según La Nueva España, después de que un grupo de jóvenes le reprochara a un menor marroquí haber tirado basura al suelo a la entrada del local, este entró en la cafetería donde se encontraban dichos jóvenes con un cuchillo y amenazó a uno de los clientes.
Varias de las personas que se encontraban en el local se encararon con el joven, le recriminaron su actitud y lograron reducirle. Según el mismo diario, algunos de ellos llamaron a la Policía Local que se presentó en minutos en el local. Cuando llegaron los agentes el joven ya había huido y había tirado el cuchillo en una papelera cercana. Lo localizaron enseguida, tanto al cuchillo como al marroquí que no había huido demasiado lejos. Fue inmediatamente llevado a comisaría y pasó a disposición judicial.
Y en Zaragoza, el jefe de servicio de la prisión de Zuera, fue brutalmente atacado con un pincho carcelario por un preso que gritaba en árabe.
Según la publicación h50, a este interno se le había trasladado de un departamento a otro por sus muchos incidentes e inadaptaciones a la vida ordinaria en prisión y cuando sucedieron los hechos se mostraba muy agitado y violento.
Mientras, en Almería, la Policía Local detiene a un marroquí por robo con violencia en grado de tentativa.
De estas noticias, en la primera llama la atención de que el medio publica directamente la nacionalidad del protagonista de la información. Hasta no hace mucho publicar la nacionalidad de determinados delincuentes -o presuntos según el caso- no era políticamente correcto y, simplemente, el lector a quien sí le interesan este tipo de datos, se quedaba sin conocerlos.
¿Qué es lo que está cambiando en la sociedad y en la realidad españolas? ¿Acaso tenían razón el Inspector Jefe de Policía, Ricardo Ferris y el presidente de la Asociación Policía S.XXI, Samuel Vázquez, ambos purgados por Marlaska, cuando alertaban de un aumento de la criminalidad y relacionaban nacionalidades con delitos?