Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Malasia, donde un tribunal ha imposibilitado que un cristiano que se había convertido hacía 14 años al islam volviese a la fe cristiana, recoge Infocatólica.
El Tribunal de Apelaciones argumentó que este caso entra en la jurisdicción de un tribunal religioso, el de la sharia: «Este no es el caso de alguien que nunca fue musulmán, sino de una renuncia [al islam]. Ratificamos que los tribunales de la sharía tienen jurisdicción exclusiva para conocer estos casos y que los tribunales civiles no pueden intervenir».
Pero es que otro juzgado religioso musulmán ya le había impedido previamente su conversión al cristianismo argumetando que las pruebas presentadas eran «insuficientes».
En cualquier caso, llama la atención la absoluta falta de libertad religiosa, de culto y de conciencia que existe en Malasia.

(Cristianos perseguidos en Mozambique, foto ACN)
Nuestro siguiente destino es Mozambique, donde los cristianos, desde el año 2017, están siendo perseguidos por grupos radicales musulmanes y yihadistas vinculados al Estado Islámico, con la intención de implantar la sharia (conjunto de leyes islámicas). En esa persecución, han sufrido asesinatos, además de secuestros, violencia sexual y reclutamiento forzado, como recogió Hispanidad.
Además, la actividad terrorista ha causado la muerte de más de 5.000 personas y el desplazamiento de alrededor de un millón de paisanos.
En ese contexto, el misionero pasionista Kwiriwi Fonseca ha enviado un mensaje a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en el que explica: «Todos los recientemente desplazados mencionan haber huido a raíz de ataques directos contra sus aldeas que incluyen saqueos, incendios, secuestros y asesinatos selectivos». «Muchos cristianos están sufriendo. Los terroristas también han quemado algunas capillas, al igual que sus casas. Las iniciativas sociales se han interrumpido y la gente está desesperada», recoge Infocatólica.
«La diócesis de Pemba, a través de la Cáritas local, está haciendo todo lo que está en su mano, pero debemos denunciar esta violencia, porque no puede ser que sigan castigando así a la población. Sin embargo, para acometer la miseria en Cabo Delgado no bastan solo los esfuerzos de la diócesis, que sigue dependiendo de los recursos externos que llegan a través de Cáritas. La diócesis de Pemba necesita ayuda y Cáritas necesita ayuda para facilitarle a la gente comida y refugio. Pero no solo os pedimos vuestro apoyo material, sino también vuestras oraciones e intervención, para que la gente pueda finalmente vivir en paz», añade.

(Una misión en Camerún)
Nos vamos a Camerún, donde los cristianos son marginados por los musulmanes, aunque no sufren una persecución violenta según informa Puertas Abiertas.
En ese contexto, cristianas como Auristine se dedican a evangelizar, gracias a la formación que les proporciona la ONG evangélica Puertas Abiertas. Inició una pequeña comunidad denominada Femmes Capables (Mujeres Capaces). “Al principio fue difícil reunir a las mujeres de mi iglesia. Durante el seminario, aprendimos que las mujeres son vulnerables cuando hay persecución”, cuenta.
Pero al cabo del tiempo, ese grupo se multiplicó y hoy son ya 12 las comunidades cristianas. Además, se dedican a fabricar jabones y aceites con los que consiguen ingresos para sostener a sus familias y a la iglesia local. “Le doy gracias al Señor por el seminario. Hoy puedo ver mujeres realizadas y listas para enfrentar la persecución si esta aumenta en Garoua. Estoy muy agradecida por la capacitación, el seguimiento y el apoyo. Le pido al Señor que les retribuya cien veces más”.
Urgen oraciones por los cristianos perseguidos por su fe en Cristo.