
La Comunidad de Madrid abrió una investigación sobre presuntos abusos sexuales en el centro de menores de Casa de Campo a dos menores residentes por parte de una trabajadora, una mediadora intercultural, la cual fue despedida en septiembre tras tener conocimiento de estos hechos.
Entonces, varios menores del centro de menas de la Casa de Campo denunciaron que habían sido agredidos sexualmente por al menos una educadora magrebí que trabajaba allí. Contaron los hechos a la dirección del centro, la Fundación Antonio Moreno, que abrió una investigación y denunció el caso a la Policía Nacional. Finalmente, fue despedida una de las educadoras y a otra no se le renovó el contrato cuando finalizó su relación laboral.

Un mes después, varios de los trabajadores del mismo centro de menores mandaron una carta a la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid en la que denunciaban «abusos sexuales» a menores residentes por parte de otros empleados, segun adelantó Diario Público.
Según El Mundo, desde 2020 había trabajadores que indicaron posibles relaciones sexuales consentidas entre personal e internos. Sin embargo, no fue hasta el pasado mes de septiembre cuando llegó la primera denuncia de estos hechos. Un menor se presentó en la puerta del centro muy alterado y cuando lograron calmarle contó que una educadora magrebí había intentado besarle y acosarle. Este joven, también magrebí, dijo que había visto a esa trabajadora morreándose con un menor al que identifica con nombre y apellidos, metiéndose varias veces en la habitación con él. Agregó que esa trabajadora mantenía relaciones sexuales todas las noches con otro menor al que también identificó. Relató que se metía en la habitación con él, bajaba la persiana y cerraba la puerta y que, además, tenía conversaciones por WhatsApp e Instagram con otros tres menores a los que también delató. Todo esto lo puso en conocimiento de la dirección del centro, diciendo que no quería «pasar por el aro de la trabajadora».
La directora preguntó a los empleados por la conducta de la compañera y estos reconocieron que tenía comportamientos extraños, como dejarles las llaves a los menores de los módulos, desaparecer de su puesto por las noches u observar cómo varios menores se acercaban a ella y la tocaban el culo. La directora puso la denuncia contra la educadora y adjuntó los partes internos firmados por los propios trabajadores.
La Comunidad de Madrid explicó ayer que la entidad gestora del centro de acogida Casa de Campo procedió en el mes de septiembre de 2024 al despido inmediato de una mediadora intercultural que trabajaba allí cuando se tuvo conocimiento de que había realizado «contactos inapropiados de contenido sexual, que podían ser constitutivos de delito, con dos de los chicos del centro, mayores de 16 años». Añadieron desde la Comunidad de Madrid que el «despido y las actuaciones llevadas a cabo se produjeron de forma inmediata en el mes de septiembre, antes del escrito presentado en octubre por unos profesionales del centro».

La Policía Nacional abrió una investigación y no adoptó ninguna medida cautelar contra la educadora. Por parte de la Comunidad de Madrid se requirió la información sobre los hechos, abriéndose diligencias informativas. Además, se realizó una intervención terapéutica y apoyo social con los dos menores que supuestamente habían sufrido abusos.
Dos trabajadores del centro señalaron que llevaban tiempo avisando a la Administración que debería cerrarse «este recurso porque no es un centro adecuado para este perfil tan conflictivo de menores».