Lector obsesionado, obcecado, subjetivo, caprichoso y destrozador de libros como es uno, reconozco que me gusta repasar volúmenes cuanto más gordos mejor, pero ya me siento impresionado por pocos. Un par de ellos por año, sospecho. Pues bien, ya bien entrado el otoño me he topado con uno que me ha sorprendido y asombrado: Madre Patria, de Marcelo Gullo Omodeo. Me he devorado sus 540 páginas en unos pocos días, desde el prólogo de Alfonso Guerra hasta el epílogo, con la hazaña del Plus Ultra incluida, para ratificarme en que, en contra de lo que cree Juan Español y ‘propagandea’ el discurso cultural imperante, España, la España cristiana, constituye una de las piezas clave de la historia humana y que el complejo de inferioridad de los españoles es la más patética de nuestras notas distintivas.

Como todo buen libro, Madre Patria sólo tiene una tesis: desmontar la mayor mentira del segundo milenio de la historia, que no es otra que la leyenda negra urdida contra España en su gran obra histórica: la conquista, colonización, civilización y evangelización de América… incluidos los actuales Estados Unidos. Pero esa tesis única se convierte, por mor de la erudición, en genialidad y el entusiasmo de Marcelo Gullo, en un libro de historia, ensayo, balada y en un acto de fe de este brillante historiador argentino.

Sí, porque, como ya hemos dicho en Hispanidad, ha tenido que ser un argentino quien desmontara la leyenda negra sobre el papel de España en América, leyenda que se ha convertido en el mantra del presidente mexicano, el masoncete de Andrés Manuel López Obrador, empeñado en que el Gobierno español pida perdón (Sánchez es tan acomplejado que seguramente lo hará) y confundiendo la finura de conciencia del Papa Francisco con una… petición de perdón al ¡pueblo azteca!, un pueblo siniestro. La carta de Marcelo Gullo al presidente AMLO sobre este particular ridiculiza al político, al tiempo que demuestra la ignorancia del masoncete antihispano y la manipulación que hace acerca de la historia mexicana.

A España se le odia porque detuvo a los protestantes en Europa, a los mahometanos en la península y en Lepanto, y al modernismo en América… y en Europa

El principal argumento, demostrado, de Gullo contra la leyenda negra de británicos, holandeses y finalmente, norteamericanos, es que España no colonizó América, sino que la liberó de aztecas, incas y demás imperios indígenas, especializados en los sacrificios humanos y en la tiranía del hombre. 

Con su fe católica por bandera y el apoyo del poder político de Isabel La Católica y sus sucesores, España elevó a los indígenas mientras Inglaterra los masacró. Para ocultar su ignominia, británicos y holandeses inventaron la leyenda negra antiespañola… y los españoles actuales la aceptan y jalean. Somos así, qué le vamos a hacer. 

Y así es; mientras los anglosajones, autores de la gran mentira de la leyenda negra, exterminaban a los indios y se colocaban en su lugar los españoles ‘nos casamos’ con ellas y creamos un mestizaje: la raza hispana. Claro que debemos llamar al 12 de octubre el día de la raza, que no del racismo.

La cristofobia no es de ahora, ni tan siquiera nació en 1492. Viene de hace 2.000 años, porque a Cristo o se le ama o se le odia, no existe término medio. La España cristiana, esa madre patria de la que habla Marcelo Gullo. Odiar a Cristo es odiar a España y el mayor culpable de la leyenda negra es… Juan Español, por haberla permitido. 

Hispanoamérica fue lo más parecido a una sociedad cristiana, a la Ciudad de Dios, que haya existido en la historia de la humanidad

El trasfondo de la farsa: a España se le odia porque detuvo a los protestantes en Europa, a los mahometanos en la península y en Lepanto, y al modernismo en América… y en Europa. Porque Hispanoamérica fue -no, desgraciadamente, al igual que ocurre con la España actual, ya no lo es- lo más parecido a una sociedad cristiana, a la Ciudad de Dios, que haya existido en la historia de la humanidad.