Desde que colocaron a mi paisana, Adriana Lastra, al frente de la organización del cuadragésimo congreso Federal del PSOE, la cosa promete. Lean la espléndida crónica la de Ainhoa Martínez en La Razón, donde habla de dos ponencias, un de ellas del PSC y otra de las juventudes socialistas.

La primera trata sobre el daño causado por España en otros partes del mundo. Resulta muy apropiado para un Congreso que coincide con la Fiesta Nacional española que es, además, la fiesta de la Hispanidad.

No lo duden: Sánchez acabará por pedir perdón a AMLO por la conquista de México

La segunda aportación a la ponencia es aún mejor: las juventudes socialistas -¡Hay futuro!- solicitan “el estudio de la memoria colonial española con los criterios de verdad, justicia y reparación, con el fin de comprender el pasado de España como potencia administradora de territorios no autónomos”.

Esto acaba en que Pedro Sánchez pedirá perdón a México por haber civilizado a pueblos salvajes cuya especialidad eran los sacrificios humanos. Y, naturalmente por haberles evangelizado.

¿Comprenden? Una de memoria histórica. Y no, no es lo mismo pedir perdón por los excesos de nuestros antepasados -por supuesto que los hubo, los españoles no somos santos, salvo algunos- que pedir perdón por la conquista y evangelización de México y del conjunto de Iberoamérica y Filipinas, de los que deberíamos estar bien orgullosos tanto los españoles de derechas como los de izquierdas.

En definitiva, que el embuste de la leyenda negra anti-española no necesita ya ni de ingleses ni de holandeses: ahora se fabrica en Moncloa y en Ferraz. ¡Cuánto hemos progresado hacia la estupidez!

Y no, el Papa francisco no ha pedido perdón por la conquista española del salvaje México azteca.