El ex militante del PSOE Marcos Ventura Armas, que se autopercibe como una persona "trans no binaria", ha demandado a Lucía Etxebarria por haberle llamado "hombre", según revela OK Diario. Armas acusa a la escritora de presuntos delitos contra el honor, la intimidad y la propia imagen al haber cuestionado su condición de "no binario". 

Según expone Ventura Armas en la denuncia, Etxebarria realizó una "intromisión ilegitima" en su derecho al honor, concretamente, "en relación con su identidad de expresión de género como persona no binaria" al haber afirmado esta "falsamente" que el antiguo socialista se consideraba una "mujer trans".

Una idea falsa porque, como señala el denunciante, es "una persona no binaria" que rechaza que utilicen el masculino para dirigirse o referirse a él al no ser "un pronombre que sienta como propio". Un hecho con el que, denuncia Armas, la ganadora de un Premio Nadal "está invisibilizando mi realidad y tratándome como un hombre cis al usarlo".

El conflicto se desencadenó cuando Etxebarria publicó en la plataforma X en 2020 sobre Marcos Ventura. En dicha publicación, afirmó que al ver fotos de Ventura, quien había ganado notoriedad en la plataforma X por identificarse como «no binario», ella «veía a un hombre».

Después de recibir críticas por compartir algunas fotos de Ventura, Etxebarria escribió: «Me han dicho que es ‘repugnante’ que muestre estas fotos PÚBLICAS de un FUNCIONARIO PÚBLICO en una ORGANIZACIÓN PÚBLICA y diga que veo a un hombre aquí. Me encantaría saber lo que piensan ustedes: ¿Cuántos ven a una mujer aquí? Es importante para mí», escribió.

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Según La Razón, el que fuera Secretaria para Iberoamérica de la Comisión Ejecutiva Federal de las Juventudes Socialistas le acusa también de haber dañado su "prestigio profesional" como activista al haber asegurado que se hacia llamar "mujer trans" con el único fin de "recibir dinero público en las organizaciones en que desempeñaba cargos de representación"

Ahora, Etxebarria ha sido citada para comparecer en un tribunal en Las Palmas de Gran Canaria para responder a la denuncia legal. El 29 de septiembre, Etxebarria lanzó una campaña de financiamiento colectivo para ayudarla a hacer frente a los considerables costos legales, superando su objetivo en menos de 24 horas. 

Este caso nos recuerda al de la denuncia por transfobia a la empleada de un supermercado Lidl de Málaga: "Me llamó caballero varias veces". Entonces, Cristina Alias, presidenta de la asociación 'Trans Huellas' de la provincia de Málaga, reveló en sus redes sociales que sufrió transfobia en un supermercado de la calle Armengual de la Mota. Según explicó en declaraciones a la Cadena SER de Málaga, la supervisora del establecimiento la trató reiteradamente de manera equivocada, refiriéndose a ella como «caballero» en, al menos, «tres o cuatro» ocasiones.

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En el foco de ambas noticias, la de Etxebarría y esta última, la consideración de que con los delitos de odio se invierte la carga de la prueba, de tal manera que el acusado tiene que demostrar que no odia a quien su acusador dice que odia, una tarea imposible.

Lo más grave de todo esto es que hablamos de delitos de odio, pero odiar no es un delito, es algo mucho peor: es un pecado. Y un juez no puede juzgar las mentes ni los corazones, solo puede juzgar hechos, y el odio, odiar, no es un hecho, y mucho menos se puede probar. Los delitos de odio, en definitiva, dejan en manos de un hombre -el juez- la posibilidad de castigar una mera intención.