Cristiano de mente acabó siendo católico de corazón
Ha muerto Amando de Miguel, ¿recuerdan? El del Informe Foessa. En mis tiempos de juventud era un rojo. Le conocí en 'El Cocodrilo', un semanario satírico que existió, sí, y en el que colaboró. Le recuerdo como uno de esos tipos, ya digo, extraño, que escuchaba más que hablaba. Al final, se lanzaba a la plática... y entonces, otra rareza, nadie le interrumpía.
Hizo mucho dinero porque todo el mundo le reclamaba pero llevó su ruina posterior con la misma dignidad. En el Franquismo y en la Transición triunfó. Con la democracia asentada empezaron a orillarle, resultaba demasiado moderado, no estaba en el sistema. Y es que la sensatez resulta hoy sospechosa: lo de siempre suena tan raro que parece propio de tipos que se creen en posesión de la verdad. Y claro, eso no puede ser.
Además, los sociólogos han dejado pasado a los psicólogos, del plural hemos pasado al singular, del a ver si cuela, sobre el objetivo imposible de conocer a la sociedad hemos pasado al objetivo aún más difícil y peligroso de conocer al individuo. El sociólogo solía ser insensato, el psicólogo es peor: es irresponsable.
Amando de Miguel era cristiano de mente y acabó siendo católico de corazón. Les suele ocurrir a los sensatos.
Se le echará de menos.