Así lo ha anunciado el ministro de Salud, Ernst Kuipers, que ha comunicado su intención de extender el Protocolo de Groningen, aprobado en 2005, para incluir a los niños de entre 1 a 12 años que sufran alguna enfermedad terminal. Previsiblemente la iniciativa saldrá adelante ya que contará con el apoyo mayoritario en el Parlamento. En la actualidad, en Holanda la eutanasia está permitida para niños mayores de 12 años que pasen por una situación “insoportable y desesperada” y para niños menores de un año con el consentimiento de sus padres.

Según el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, esta nueva propuesta “confirma la pendiente resbaladiza que experimentan los países con una trayectoria más larga en cuanto a terminar legalmente con la vida de sus pacientes”. A ojos de los expertos, la iniciativa holandesa muestra “el lado más siniestro de la eutanasia, inaceptable en todo caso desde el respeto a la dignidad y los derechos humanos”. Y advierten de tres aspectos "especialmente preocupantes".

El primero de ellos, dicen, que es un ejemplo de que el principio de autonomía se intenta extender a la toma de decisiones lesivas e irreversibles de personas no capacitadas para hacerlo: son "pacientes totalmente inmaduros, por tanto, incapacitados para tomar decisiones de este calibre, que no pueden evaluar debidamente en ningún modo ni asumir razonablemente sus consecuencias".

El Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia concluye que la eutanasia es "el mayor y más regresivo fracaso de la medicina, la cultura y la defensa de los derechos humanos en la atención a los más desvalidos y necesitados

En segundo lugar, la eutanasia, al igual que el aborto, es un homicidio, un asesinato, y en este caso, infanticidio. "La existencia de eutanasias involuntarias, verdaderos asesinatos, ya es conocida en Holanda y Bélgica y se viene aplicando en ancianos desde hace algunos años", así los padres que "decidan terminar con la vida de su hijo menor de 1 año" podrán hacerlo, "podrá hacerse a cualquier edad".

Por último, usar el "sufrimiento insoportable" constituye "una manipulación intolerable" dada la existencia de "cuidados paliativos de calidad, también en niños", que permiten hoy controlar razonablemente bien los denominados “síntomas refractarios” o de difícil control por los medios convencionales". La medicina paliativa "evita el recurso como medio de paliar el sufrimiento de los pacientes", aseguran.

El Observatorio de Bioética concluye que la eutanasia es "el mayor y más regresivo fracaso de la medicina, la cultura y la defensa de los derechos humanos en la atención a los más desvalidos y necesitados. Una civilización que termina con ellos, sus miembros más débiles, no hace sino mostrar preocupantes signos de decadencia".