Según el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población Adulta (PIAAC) de la OCDE, el rendimiento medio en lectura de los universitarios de ahora es de 271 puntos, 10 menos que hace 10 años. Este resultado es uno de los más bajos de los países desarrollados. Un universitario español tiene peor nivel que un bachiller de Finlandia (288), de Suecia (283), de los Países Bajos (274) o de Japón (274).

Tal como recoge el conocido como "PISA para adultos", el 31% de los examinados en lectura está en un nivel 1 o por debajo del 1 (de un total de cinco niveles) frente al 26% del promedio de la OCDE. Eso significa que no pueden ir más allá de entender textos cortos de como mucho una página. Hace una década, este porcentaje era del 28%.

En matemáticas, el 30% de los españoles se quedan en el nivel 1 o por debajo del 1 (en la OCDE es el 25%), lo que se traduce en que la materia se les atraganta, si hacen algo más que multiplicar y dividir con números enteros. En resolución de problemas, los adultos con bajo rendimiento llegan al 35% (frente al 29% de la OCDE). Son personas que no saben encontrar soluciones a cuestiones sencillas.

Y aquí es donde Pilar Alegría nos recordaría la importancia de que los estudiantes españoles desde Primaria y Secundaria son, sobre todo, muy sensibles. Así que, no hay de qué preocuparse, aunque cuando se incorporen al mundo laboral no sepan ni cómo deben expresarse, ni comprendan correctamente lo que están leyendo.

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El informe también alerta de que hay un 43% de trabajadores españoles que presenta «desajustes» entre su formación y su puesto de trabajo, frente al 38% de la OCDE. «Existe evidencia de que una mejor adecuación de las competencias de los trabajadores a las necesidades de sus puestos de trabajo aumentaría tanto la productividad como los rendimientos de la educación», advierte este estudio, que añade que el 22% de los trabajadores está sobrecualificado -colocado en empleos por debajo de su nivel formativo- y el 8% se encuentra infracualificado -empleado en trabajos por debajo del nivel requerido-. Pero esto lo arregla Yolandísima, con su `macedonia' laboral: la reducción de la jornada laboral, la semana de cuatro días y, si me apuran, una de sus principales misiones al frente del ministerio de Trabajo: La misión de "Hacer la transición ecológica, pero con el mundo del trabajo dentro"... 

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