Según El País, el borrador de decreto de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), incluye novedades, como la formación del alumnado en la historia del feminismo y los derechos de las personas LGTBI+, junto a la redefinición de elementos más clásicos, como la alfabetización científica y digital de los estudiantes. Los cambios empezarán a implantarse el curso que viene.

El borrador de decreto de la ESO incluye los currículos (es decir, qué deben aprender los alumnos y cómo hay que evaluarlo) de cada asignatura.

Educación en valores éticos y cívicos, la nueva asignatura introducida por la ley Celaá se justifica en el currículo de la asignatura como “un requisito necesario tanto para el ejercicio activo y responsable de la ciudadanía, como para el desarrollo de la autonomía moral y la personalidad del alumnado”. La materia pretende que los alumnos tomen “conciencia de su identidad personal y cultural” y adopten “una actitud consecuente con el carácter interconectado y ecodependiente de su vida en relación al entorno” en una “sociedad libre, plural, justa y pacífica”.

La materia debe servir para que los alumnos tomen “consciencia de la lucha por una efectiva igualdad de género y del problema de la violencia y explotación sobre las mujeres, a través del análisis de las diversas olas y corrientes del feminismo y de las medidas de prevención de la desigualdad, la violencia y la discriminación por razón de género y orientación sexual, mostrando igualmente conocimiento de los derechos LGTBIQ+ y reconociendo la necesidad de respetarlos”. Es decir, una dosis más de perversión de la infancia del gobierno progresista de Pedro Sánchez, con Pilar Alegría a los mandos de la educación española

La materia, que se estudiará en uno de los cursos de la secundaria, viene a ocupar el espacio de Educación para la Ciudadanía, la asignatura creada por el PSOE en 2006 que fue eliminada después por el PP. Abordará también, entre otras cuestiones, el “multiculturalismo, la inclusión social y el respeto por la diversidad y las identidades étnico-culturales”, la educación afectivo-sexual, el “desafío de la inteligencia artificial” y la emergencia climática.