Lo mismo nos abre los ojos a que "el verano también es nuestro" que comparte su experiencia sobre la lactancia con sus hijos a través de su Instagram. Irene Montero es una caja de sorpresas.

Y como siempre, foto acompañada de texto: ella quiere trabajar para que todas las mujeres puedan elegir su camino también en la lactancia sin culpa ni vergüenza, "sin el cuestionamiento de una sociedad que todavía considera que las decisiones sobre nuestros propios cuerpos no son solo nuestras". "Las decisiones que tomamos sobre la lactancia", prosigue la ministra de Igualdad,"no nos hacen mejores o peores madres; sobre todo, deberían ser siempre respetadas y deberían contar con el apoyo de una red que sostenga, acompañe y cuide".

"Mi primera lactancia, la de Leo y Manuel, fue básicamente esto: un sacaleches doble cada tres horas durante más de tres meses. Esa leche era el alimento de Leo y Manuel y lo que sobraba, como hacían otras madres de bebés prematuros, lo donábamos al banco de leche del Gregorio Marañón para otras criaturas. Cuánto le debemos a la sanidad pública, a todas sus profesionales, a Manuel Sanchez Luna", relara Montero.

¿La clave para afrontar la situación? "Por el camino aprendí, vi cientos de vídeos de @albapadibclc, compartí experiencias con muchas amigas, hablaba de la lactancia de forma recurrente, leí y viví emociones muy intensas", explica.

Con Aitana, nacida el 2 de agosto de 2019, "las cosas fueron muy diferentes y hemos tenido dos años y medio de teta, de la que se despidió ella misma cuando las dos lo decidimos". ¡Qué suerte Irene! Hijos alimentados con lactancia materna y, encima, dialogantes. 

El siguiente capítulo que sea sobre la conciliación, así la ministra podría explicar como consigue trabajar a la vez que cría a tres niños pequeños.