La gobernadora demócrata de Maine, Janet Mills
Como informó Hispanidad en junio del año 2022, el Tribunal Supremo de EEUU derogó el aborto en todo el país tras anular el caso 'Roe contra Wade', la sentencia de 1973 que consagraba el aborto.
La decisión del Tribunal Supremo ponía fin a la protección legal del aborto en Estados Unidos que ha imperado durante casi cinco décadas, de tal manera que ahora cualquier estado puede restringir o prohibir el aborto de manera integral si así lo desea, al igual que sería posible la aprobación de una ley federal que permitiera su derogación a nivel nacional, añadía Hispanidad.
La semana pasada publicó Hispanidad que en el estado de Indiana entró en vigor el pasado 1 de agosto una ley estatal -aprobada en agosto de 2022- que prohíbe los abortos con excepciones por violación, incesto, anomalías fetales fatales y situaciones en las que la vida de la madre está en riesgo. De esta manera, se calcula que el 95% de los abortos que se practicaban hasta hora serán ilegales.
Sin embargo, en otros estados de EEUU se toman decisiones contra el derecho a la vida de las personas más indefensas y vulnerables, los niños que todavía no han nacido.
Así, por ejemplo, en el estado de Maine entrará en vigor en otoño una ley que legaliza el aborto hasta el nacimiento si el médico que practica el aborto lo considera «necesario». Sin embargo, la ley no especifica qué condiciones deben cumplirse para que un aborto sea necesario. Esto se deja a discreción del médico. La gobernadora demócrata Janet Mills firmó hace unos días la ley aprobada por el Congreso de Maine, recoge Infocatólica de KathPress.
Actualmente, los abortos en Maine están limitados a las primeras 24 semanas de embarazo. La ley debe tener en cuenta que cada embarazo es diferente, al igual que cada mujer, y que los políticos no pueden ni deben legislar para la variedad de circunstancias distintas a las que se enfrentan las mujeres embarazadas, declaró Mills antes de firmar la ley.
El movimiento provida de Maine está considerando la posibilidad de derogar la ley mediante una iniciativa ciudadana, según informan los medios de comunicación. Esto es posible en el estado de Maine. Si una petición consigue suficientes firmas, pasa al Congreso de Maine. Si el Congreso rechaza la petición, irá a referéndum.