¿Por qué los perros y los gatos sí y las ratas no? ¿Las ratas no les gustan a la ministra Belarra? ¡Eso es fascismo, Ione!
No, cuando hablo de ‘colocaos’ no me refiero a los cargos ofíciales asumidos por los podemitas. Tampoco con aquella pancarta con la que fuera recibido el jerarca de la II república Marcelino Domingo, natural de Tarragona, afincado en Tortosa, cuando volvió a su pueblo como ministro: “Marcelino, colócanos a todos”.
Podemos, que es quien manda en el Sanchismo, apunta hacia dos nuevas majaderías: el animalismo y la legalización de las drogas llamadas blandas, se supone que para distinguirlas de las duras que colocan más y mejor: tos colocaos.
Ahora están con el animalismo y la líder podemita, la ministra Ione Belarra, ha expelido lo del ‘abandono cero’ y lo del ‘sacrificio cero’ de mascotas, porque también las mascotas tienen sus derechos.
En pocas palabras, lo que se pretende es animalizar al hombre y hominizar al animal. Lo cual no es ni bueno ni malo -bueno sí, es malo-, pero también es imposible.
Otrosí: ya tenemos más perros que niños. Porque el perro no necesita crianza, el niño sí. Ahora bien, si los podemitas empiezan a poner difícil lo del perro, estaremos creando un nuevo foco de delincuencia. El asunto es grave.
También pretenden animalizar al hombre y y hominizar al animal: son nuestros “convivientes”
Personalmente, discrepo de los podemitas. Noto en el texto legal una nula protección a las ratas de alcantarilla, que también son nuestros “convivientes” y también tienen sus derechos.
¿Por qué los perros y los gatos sí y las ratas no? ¿Las ratas no les gustan a la ministra Belarra? ¡Eso es fascismo, Ione!
Para ser exactos, los animales no tienen derecho alguno. Han sido creados para servir al hombre, no para servirse del hombre.
Luego está lo de las drogas. Un cura me explicó que consumir un porro es pecado mortal. ¿Por qué? Pues porque todo lo que tienda a enajenar al hombre le priva de su libertad, el mayor don de Dios al ser humano, después de la vida. Sí, por ese mismo motivo, la borrachera también es pecado grave, porque el ‘colocao’ pierde eso: el libre albedrío, el patrimonio primero del alma. Y no, el tabaco no es pecado, porque puede dañar los pulmones, pero no el alma.
Los animales al servicio del hombre, las drogas a evitar porque son liberticidas. Tampoco es tan difícil no volverse idiota.