A pesar de que el vicepresidente anunciara el pasado 30 de diciembre que no habría nuevas propuestas financieras, Zapatero se muestra más condescendiente con los nacionalistas que con su propio partido. El grupo parlamentario socialista, prepara una nueva propuesta negociadora. Solbes se muestra ausente del proceso negociador y prefiere dar el pase de las preguntas incómodas a la vicepresidenta. Yo no estoy en la mesa de negociación. El vicepresidente responde también a Blanco: Tenemos que hacer compatibles las rebajas fiscales con nuestras ambiciones de gasto. Al cabreo de Solbes y se suma el de Bono y Alonso por incluir la referencia descriptiva de nación catalana en el preámbulo del Estatut.

La vicepresidenta Mª Teresa Fernández de la Vega, considera que el tiempo de negociación está prácticamente agotado. Reconoce que los temas ya están muy trabajados y que es difícil darle más vueltas. Aún así, sigue manifestando su confianza de que en los próximos días se alcance un acuerdo. Seguimos creyendo que es posible salvar las diferencias. Eso sí, no detalla que son próximos días, aunque como es sabido, este sábado, el PSOE remitirá una nueva propuesta a la mesa negociadora.

Tampoco ha querido mojarse sobre si el nuevo papel será innegociable, aunque sí ha matizado que no podrá modificarse en su filosofía. En todo caso, advierte que es el momento para decidir en la confianza de que habrá un acuerdo, insiste. ¿Sobre qué bases? Dos son los asuntos que mantienen la negociación encallada. Por una parte el término nación. De la Vega dice que hay consenso de todo el gobierno en expresar en el preámbulo más una descripción que una definición: los ciudadanos catalanes se sienten Nación sin perjuicio de lo establecido en la Constitución en relación a la unidad de la nación española.

Según su versión, está fórmula es aceptada tanto por bono como por Alonso, que han manifestado en varias ocasiones sus reticencias a la mención de la nación catalana ni siquiera en el preámbulo por sus consecuencias político-administrativas. Lo que no está claro es que esta fórmula termine de convencer a los catalanistas de todos los partidos, deseosos de manifestar en el Estatut sus sentimientos identitarios.

Más difícil de resolver es el asunto de la financiación. De la vega sólo ofrece vaguedades de más autogobierno en el marco de la bilateralidad, pero no quiere detallar las patitas de tal expresión. Les ruego paciencia en este momento final de la negociación, ya sé que han sido muy pacientes, pero les ruego un último esfuerzo. Total: nada. Y seguimos sin saber cuál es la posición de Solbes sobre el asunto. En la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros realizó un visible mutis por el foro para no contestar: con gusto le endoso la pregunta a la vicepresidenta, señaló, para añadir: Yo no estoy en el proceso de negociación. Ni en la mesa de negociación ni en el núcleo duro del gobierno. Casi, casi un a mi que me registren.

La realidad es que aunque Solbes señalara el pasado 30 de diciembre que no habría una nueva propuesta financiera por parte del Gobierno, haberla, hayla. Y no parece que el asunto le haya terminado de gustar. Quizás por eso no ha querido mojarse en la posición gubernamental en relación al capítulo financiero del Gobierno. No está mal si tenemos en cuenta que se trata nada menos que del vicepresidente económico.

Un vicepresidente que es contestado hasta por el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, que considera poco ambiciosa la reforma fiscal anunciada por Solbes. Tenemos que compatibilizar la rebaja de impuestos con nuestras ambiciones de gasto, responde Solbes. Al final de la rueda de prensa, Solbes salió disparado de la sala. No quería someterse durante más tiempo a la tortura del corrillo con los periodistas. Que responda ella, que para eso nos ha metido en el follón, debe de pensar. Y así es como se va consolidando la presencia de un Solbes cada día más distanciado del Presidente del Gobierno.