Tenemos un Sínodo en dos partes, aproximadamente dos semanas por sesión, con un descanso intermediario de un año entero. En el entretanto, se supone, no habrá resolución. Tonto de mí: y yo que pensaba que un Sínodo no era otra cosa que aclararle conceptos a la grey. Suponía que, tras un año de preparación, con encuesta mundial anexa, ya se podría haber llegado a alguna conclusión... dictada por el Papa, naturalmente.

Pero no, habrá que esperar a 2015. Si dos semanas de la primera parte del Sínodo han provocado el actual guirigay, me preocupa pensar lo que pueda ocurrir en 12 meses de interregno.

No sé si para 2015 se habrán aclarado las ideas o se habrán sedimentado los errores

Mientras tanto, todos seguiremos manteniendo -tesis oficial- que, puesto que el Papa no ha hablado, no ha sentado cátedra, no se puede concluir que la ingente cantidad de barbaridades que se han exhalado en el Sínodo sean Magisterio de la Iglesia, por lo que podemos quedarnos de lo más tranquilos. Y en efecto, el cardenal Kasper y compañía no deciden el Magisterio. Por tanto, todo lo ocurrido no sería más que una quisicosa, opiniones personales, que confunden a los fieles, pervierten a los clérigos y dan pábulo a los enemigos de la Iglesia. Recuerda aquella sentencia de la comedia Uno, dos, tres: "la situación es desesperada, pero no grave".

Como resumía una editorial de prensa electrónica: gays, lesbianas y  divorciados tienen un año para luchar por sus derechos. Di que sí.

Pero conclusiones siempre hay, pues nada hay más permanente que lo transitorio. Por ejemplo, el domingo, durante la misa de beatificación de Pablo VI, el Papa de la Humanae Vitae, aunque, al parecer, algunos de los presentes nadie les recordó este pedazo de encíclica, el Papa Francisco habló de que Dios no le tiene miedo a las novedades. Así es: Dios no le tiene miedo a nada, ni a las novedades ni a las tradiciones (merece la pena leer la homilía entera). A lo único que teme Dios es a la condenación del hombre, al que ama con pasión divina. Y la frase no deja de contravenir otro aforismo del Papa emérito Benedicto XVI, en otra materia: "La liturgia no es innovación sino repetición solemne".

La otra idea ilustrativa del fin del Sínodo no sé a quién atribuirla pero me quedo con la cita de Rafael Navarro: no es un Sínodo de "modelos" sino de "remedios". Pero, si hablamos de doctrina ¿los remedios no eran los modelos Si no fueran modelos no servirían para remediar nada.

Y así piano, piano, de lío en lío, de confusión en confusión y de enredo en enredo, esperaremos un año. No sé si para 2015 se habrán aclarado las ideas o se habrán sedimentado los errores.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com