• El PSOE exige el aborto obligatorio mientras el PP se achanta.
  • Hemos llegado a un punto en el que todo aquel que defiende la vida es un ultra.
  • Y eso que el aborto es peor que el nazismo: al menos, los nazis se ensañaban con adultos, no con los más inocentes y más indefensos.
  • Lo que se está demostrando con la reforma Gallardón es que quien centra el debate gana el debate. Por ahora, son los aborteros los que lo tienen centrado.
  • ¡Cuánto daño se le está haciendo a la mujer con tanta alabanza interesada!
  • Los padres son los únicos aventureros que quedan en esta etapa final de la historia.

RTVE se ha convertido en el mejor propagandista del aborto y, pasando de lo importante a lo menudo, de lo abstracto a lo concreto, en el mejor ariete de los aborteros contra la Reforma legal del ministro Gallardón.

Así, en RTVE, dirigido por ese coladero viviente que es don Leopoldo González-Echenique, a quien Sáenz de Santamaría colocó al frente de RTVE,  se han cansado de repetir que el aborto -con la Ley Aído, para que lo entiendan- ha "descendido" en España nada menos "que un 5%". Es decir, que ya no se asesina a 120.000 inocentes sino a 118.000. Un gran avance, sin duda, del que todos debemos congratularnos.

Rubalcaba, el líder socialista, se agarra a un clavo ardiendo –por eso se abrasa tantas veces- y asegura que el Gobierno tiene mayoría parlamentaria pero no mayoría social. Con ideas como esa se han forjado muchos golpes de Estado, por la derecha y por la izquierda, sí señor.

Es decir, el PSOE exige aborto obligatorio, porque todo aquel que defienda la vida es un ultra. Ultraderechista claro, porque ultraizquierdistas no existen. Yo no me creo que Rubalcaba sea tan necio. Lo que ocurre es que no me deja otra opción, por sabio, que calificarle de miserable. Usted, señor Rubalcaba, no ha vendido a las mujeres por unos votos de extrema derecha. Usted ha vendido a los más inocentes y más indefensos, aún más que a las mujeres, por mantenerse en un cargo en el que, de no aferrarse a la canallada, le echarían a puntapiés. Y de paso, ha vendido su conciencia. Que no, don Alfredo, que usted no es tan burro como para creerse las barbaridades que está propalando.

Mientras, el PP se achanta. Asegura que, con su reforma, ninguna mujer resulta penada por abortar. La verdad es que ninguna mujer es penada por abortar en España desde que Franco se cayó de la cuna, pero debería serlo. Pues que mal, Defender la vida consiste en que los asesinos de niños paguen por ello, aunque me consuela poco, la vedad: muerto el niño, no me consuela nada que su madre vaya a prisión, pero comprendo que es necesario para que no lo vuelva a repetir.

Quien no ve que le aborto es la marca homicida de nuestro tiempo, el fin de las derechos y libertades es por que no quiere verlo. Hablamos de la era del totalitarismo nazi como un horror a evitar. Y hacemos bien. Pero es que el aborto y su aceptación social es peor que el nazismo. Los nazis se ensañaban con adultos gente que, más o menos, podían ofrecer resistencia. Pero no existe crimen más abominable ni más cobarde que el aborto, porque la víctima no tiene defensa alguna y es asesinada a petición de sus propios padres. Si Echenique tuviera conciencia, y algo más de gallardía, le bastaría con exhibir en TV un aborto. O ilustrar, como se hace siempre en los informativos, el grandioso debate sobre el aborto con imágenes de niños abortados. Es decir, con lo que es un aborto. No lo hará.

La derecha, más que canalla, como la izquierda, es cobarde. La penúltima tontuna de los marianistas corrió a cargo del portavoz Rafael Hernando, quien acusa la PSOE, no de abrogar por el asesinato masivo sino por "distraer a atención de los ciudadanos sobre la salida de la crisis económica"... con esa discusión tan pelma sobre el aborto.

Y se equivocan los peperos. No olvidemos que, en la sociedad de la información, quien centra el debate gana el debate. El debate está centrado sobre la amplitud de la matanza y la impunidad de la mujer convertida en devoradora de sus propios hijos. ¡Cuánto daño se le está haciendo a la mujer con la alabanza constante e injustificada! No, el debate sobre le aborto hay que centrarlo sobre el aborto en sí, sobre si hay una vida o no la hay en el seno materno. Eso es lo que está en juego. Y como está claro que el nasciturus se parece tanto al niño, porque es un niño, las voces se acallarían al instante o, la menos, quedarían.

Porque el aborto es una noticia sin imagen, un engaño colectivo y universal de colosales proporciones. Porque en cuanto la gente vez el aborto se da cuenta de lo que está haciendo. Y no es lo mismo ver cómo se trocea a un ser humano que imaginarlo. Además, la imaginación como el pensamiento, siempre puede ser bloqueada por los prejuicios. El aborto se parece tanto a un sacrificio humano que las conclusiones surgen por sí mismas cuando se visiona el aborto, un proceso bastante parecido a la matanza del cerdo.  

Por las mismas no se trata de conformarse con el mal menor, es decir, con Gallardón, sino de defender la vida humana. Traducido al politiqués: se trata de prohibir todo tipo de abortos, quirúrgicos y químicos, así como los abortos selectivos de la fecundación in vitro –otra gran barbarie disfrazada de ciencia filántropa- y la manipulación de embriones humanos, utilizados como cobayas de laboratorio.

Y a cambio, apoyar a los buenos de este debate, que no son otros que los hombres y las mujeres que afrontan la aventura que nos queda al hombre de esta etapa final de la historia: tener hijos, colaborar en la recreación de la raza humana.

Es así como se centra el debate. En el derecho a la vida, no en las salvajadas de los miserables del PSOE ni en las monsergas de los cobardes del PP. Porque la vida es algo formidable.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com