Sr. Director:

El Ministerio de Sanidad parece dispuesto a provocar la muerte de miles de españoles y españolas. Cerrando los ojos a la realidad social, tiene la brillante idea de imponer a los niños, jóvenes y mayores como único medio para acabar con los males del tabaco la abstinencia: que no fumemos. Nada nos dice de fumar con boquilla pese a conocer la realidad social. Para cumplir sus designios no escatima medios más propios de sociedades inmaduras: sanciones y censuras.

Al criticar la postura de la Iglesia de que el mejor modo de luchar contra la propagación del Sida es la abstinencia y la fidelidad conyugal, se hacen responsables -según su propio criterio- de todas las muertes y enfermedades producidas por fumar.

Fernando González Solana

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