Era domingo, pero a Miguel Sebastián, al secretario de Estado, asesor económico de Rodríguez Zapatero, le han bastado unas horas para acudir al quite. Recordarán que el reelegido secretario general de sindicato UGT, Cándido Méndez, había advertido ante sus delegados que se opondría a la elevación del periodo de cómputo (en principio de 15 a 3 años, o incluso a toda la vida laboral) para determinar la pensión de jubilación. Inmediatamente, Sebastián le recordó que se había obligado a cumplir el Pacto de Toledo. La verdad es que el Pacto de Toledo, o acuerdo macro sobe pensiones, elude la cuestión, la deja en el congelador para el futuro, pero todo el mundo sabe que la baja natalidad ha provocado una población envejecida y un aumento exponencial del número de jubilados.

En otras palabras: decir que se va a ampliar el periodo de cómputo es una manera sibilina de decir que se van a reducir las pensiones. Sebastián tiene razón: con la pirámide demográfica de este momento, no pueden pagarse las actuales pensiones. Pero Méndez también tiene razón: ampliar el periodo de cómputo no es más que una rebaja encubierta de las pensiones. Por eso, don Cándido ha sido llamado al orden.