La campaña presentada ayer por Ministerio de Sanidad en la que insiste en el uso de preservativos como método para frenar el incremento de abortos es la mayor prueba de ineficacia de una administración y constata su nula voluntad política de solucionar este problemática, ha señalado Eduardo Hertfelder presidente del Instituto de Política Familiar (IPF). Seguir insistiendo en soluciones agotadas no es, por tanto, continúa Hertfelder, la solución eficaz. No basta con que se repitan los ya conocidos y tristemente ineficaces y trasnochados mensajes públicos sobre educación sexual, uso de preservativos o utilización de anticonceptivos, que se han demostrado incapaces de contener esa marea creciente de defunciones por aborto en España sino que han provocado, incluso, el incremento del número de abortos.

EL ABORTO ES LA PRINCIPAL CAUSA DE MORTALIDAD EN ESPAÑA

Hay que señalar que el aborto se ha convertido, junto con el cáncer, en la primera causa de mortalidad en España. En España en el año 2005 se han superado ya los 90.000 abortos de tal manera que cada día 250 niños dejan de nacer por causa del aborto. Estos datos revisten tal magnitud que hace que cada 5,8 minutos se produzca un aborto y que uno de cada seis embarazos termina en aborto. De hecho, en el 2005 se han superado ya el millón de defunciones acumuladas por aborto desde su despenalización en 1985 y en el 2007 llegaremos, si no se ponen en marcha las actuaciones correctoras adecuadas, a los 100.000 abortos anuales. En definitiva, asistimos a una verdadera explosión del fenómeno en nuestro país.

Las defunciones por aborto se han convertido en un problema de tal envergadura y gravedad, prosigue el presidente del IPF, que las administraciones no pueden mirar, tal como se viene haciendo hasta ahora, a otro lado tratando de ignorarlo o insistiendo en medidas obsoletas e ineficaces. Hay que ir con audacia a la raíz del problema: no dejar a la mujer sola ante la solución fácil pero desgarradora del aborto.

Soluciones nueva ante medidas fracasadas

Las cifras hablan de miles de tragedias personales, familiares y sociales ante las que no es legítimo seguir pasivos, suponiendo un reto prioritario tanto para la sociedad en general como para las Administraciones. Cada madre que se ve abocada al aborto es un fracaso de la Administración y de la sociedad por no haberla sabido o querido ayudar.

Es necesario el desarrollo de una política preventiva que gire alrededor de cuatro ejes: a)la sensibilización y concienciación sobre la importancia y el valor personal y social de la natalidad, el embarazo y la maternidad, b) el aumento de los recursos públicos tanto de organismos como de dotaciones presupuestarias, c) la implantación de medidas de apoyo destinadas a la mujer embarazada y d) una Política de Información a la mujer embarazada.

Es necesario, en definitiva, realizar una apuesta decidida por la vida.

Instituto de Política Familiar

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