Sr. Director:
Estuve el verano pasado en Polonia y precisamente opté por Cracovia como punto de partida de cada día. Cenaba, dormía y desayunaba en esta ciudad...tan bonita, tan llena de todo.

 

Ciertamente el ambiente era el que describe. Nos guste o no, la entrada en el capitalismo, el libertinaje que trae consigo la ola de consumismo...es inevitable...y hace que las costumbres, sean cuales sean, degeneren. Sólo en los países donde no hay libertad es donde el capitalismo no consigue socavar las costumbres sociales, sus valores, etc. (Países musulmanes, por regla general).

No sabemos administrar nuestra libertad. Países que han  estado bajo el yugo comunista, están ahora bajo el yugo del consumismo, del capitalismo... y da mucha pena ver cómo generaciones de jóvenes se corrompen bajo los aparentes atractivos de lo material.

Puede parecer un discurso fatalista, y ciertamente no es ajeno ello, pero observando otros países la esperanza es siempre esta ahí. Basta ver cómo en USA las cosas van cambiando, poco a poco, cierto, pero cambian. Se dan cuenta que no todo es tener, es consumir, etc., que D. Dinero no lo es todo.

En nuestra Europa caduca, tardaremos mucho. Sin duda. Aún tenemos que hacer unas cuantas barbaridades más. Bajo el patrocinio de todos tienen derecho a todo (y ninguna obligación). A seguir amparando a todo tipo de minorías (da igual de qué...) en contra de la mayoría, como si la mayoría, las personas normales fuésemos las culpables de su situación.

Muchos han decidido bajar la guardia, dejar de luchar y rendirse al ambiente. Otros nos negamos a que el ambiente pueda con ello. La buena educación, el saber estar, el saber vestir -en cada ocasión-, el saber tratar a los demás, mayores, iguales, a la autoridad, el saber y defender que hay valores que están por encima de los convencionalismos, que algunos, sí, algunos tenemos la verdad; no una opinión, no, la verdad, sin medias tintas, sin ruborizarse por decirlo, bien alto.

Rafael Llorente Martín