Dada la diferencia de edad con Ángel Ron, la fusión supondría la retirada de Oliú. Guardiola niega que se hayan producido presiones en el consejo. El CEO del Sabadell resta importancia al ranking, pero da por hecho que el banco jugará sus bazas en el proceso de concentración.
El principal afectado por los daños colaterales en la fusión entre el Banco Popular y el Pastor resultó ser el Banco Sabadell. En primer lugar porque había pujado sin éxito, como ya explicamos en su día. Popular estuvo dispuesto incluso a comprar caro para superar a Sabadell. Lo consiguió y figura ya como quinto banco en el ranking por capitalización.Ahora, la entidad que preside José Oliú quiere desquitarse. Su consejero delegado, Jaime Guardiola trataba de restar importancia a la nueva situación. Admite que el banco "jugará sus bazas" en un proceso de concentración que da por seguro, pero asegura que las operaciones no deben hacerse pensando en el ranking, sino en un modelo sostenible que permita adaptarse a las circunstancias del mercado.Ahora bien, cuando le preguntamos si algún accionista presente en el consejo ha exigido operaciones corporativas, Guardiola se queda pensativo durante unos segundos; se repite la pregunta a sí mismo y finalmente contesta con un monosílabo: "No". A continuación duda, pero reitera su respuesta.
Sin embargo, Hispanidad ha podido saber que el núcleo duro del consejo, formado por Mango y por Planeta exigen a Oliú una operación corporativa que ponga en valor su participación, con importantes minusvalías en la actualidad. Perdida la oportunidad del Pastor, estos accionistas exigen que se fusionen con Popular. Se debe tener en cuenta la diferencia de edad entre los presidentes del Sabadell (63 años) y del Pastor (49 años), pues una fusión implica para Oliú abandonar la línea ejecutiva del banco. El banquero catalán cree que todavía le queda recorrido, se ve como absorbente y no como absorbido.
Rodrigo Martín
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