Salgado le pide que esté cerca de ella durante la rueda de prensa

 

Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que se presenta el presunto plan antifraude del Gobierno. Salgado, bien insegura, reclama a su secretario de Estado que la acompañe y se siente cerca de ella, en la primera fila. Cerca, para poder controlarle. A él no se le nota especialmente cómodo, pero accede y pone cara de circunstancia. Lo más llamativo es que mientras se están produciendo las preguntas de los periodistas, en concreto una de ellas dirigida a Salgado, Ocaña se levanta y se va. Le han llamado por teléfono y sale a atender la llamada. Curioso porque la sala de prensa de Moncloa  cuenta con inhibidores de frecuencia que no permiten que pasen las llamadas de móviles. En todo caso Ocaña habla bajito al final de la sala y a los dos minutos regresa y se vuelve a sentar en primera fila. Un cante hondo. Quizás para mostrar la evidencia del distanciamiento con su jefa. Lo ha logrado.