Al igual que hiciera en su anterior largometraje, Nubes de verano, Felipe Vega apuesta en Mujeres en el parque por una historia intimista en la que los personajes esconden un secreto.

 

Escrita por el propio Felipe Vega y por Manuel Hidalgo, Mujeres en el parque es un buen reflejo de las neuras de la generación del 68. Unos jóvenes que, presumiblemente, querían cambiar el mundo (y el sistema) hasta que descubrieron que era más cómodo y más fácil instalarse en él.

 

Daniel y Ana son una pareja madura que atraviesa una crisis en su matrimonio. Daniel (que, en contra de lo que se dice en la película, no es un tío raro sino un personaje tremendamente egoísta) quiere vivir solo y ha pedido el divorcio. No le preocupa lo que puedan sentir ni su mujer ni su hija, ésta última recién licenciada en Periodismo y bastante preocupada porque no encuentra trabajo.

 

Si en Nubes de verano, Vega consiguió hacer un drama sólido, debido a que las relaciones personales que mantenían los personajes principales tenían cierta enjundia (para los que no la vieron, era una especie de Amistades peligrosas a la española), en Mujeres en el parque eso no sucede. No cuenta con el desarrollo dramático adecuado y los personajes (salvo el de hija) no acaban de interesar lo más mínimo lo que provoca cierto aburrimiento.

 

Eso sí, Vega vuelve a demostrar que es un excelente director de actores. Todos están estupendos, con especial mención de la joven Barbara Lennie.

 

Mujeres en el parque se estrenó el pasado viernes 12 de enero

 

Para: Los que formaron parte de la generación del 68 y quieran comprobar si realmente supone un buen retrato de esa generación.