La estrategia de las cajas de tratar de rebajar las exigencias de Basilea III ha resultado fallida. Todos los bancos españoles cumplen con los nuevos requisitos de capital, salvo Bankinter por poco. En cambio, las cajas presentan muchas más dificultades. Caja Madrid, la CAM entre otras, tampoco cumplen, aunque también sea por poco.
Es verdad que hasta noviembre no se ratificará la decisión por parte del G20. Y también es verdad que el período transitorio será grande. Pero también es verdad que para evitar crisis futuras es mejor supervisar con mayor vigilancia los análisis de riesgos. En este sentido, la normativa que la UE aprobará este miércoles sobre los derivados resulta más sensata. No hay límite, pero sí exigencias de contrapartidas que avalen la operación.
Por otra parte, está por ver si la decisión de Basilea III es equiparable a nuestras ya tradicionales provisiones genéricas o anticíclicas. Si pudiéramos vender esas provisiones como core capital, las dificultades para las entidades españoles serían menos. ¿La solución? Este noviembre en Seúl. Hasta entonces, la CECA seguirá en su estrategia de lobby para tratar de salvar los intereses de sus asociados.
Andrés Velázquez
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