Las facturas pendientes ascienden a 30.000 millones de euros El decreto del plan E obligaba a los ayuntamientos a pagar en el plazo de 30 días. Pues bien, los abonos se están demorando hasta 240 días. Y llueve sobre mojado porque los consistorios no han sido especialmente ágiles de cartera. Así que la deuda de los ayuntamientos con los ayuntamientos asciende -según Cinco Días- a 30.000 millones de euros. Mucho dinero. Mucho más que la línea de 3.000 anunciada a bombo y platillo por Zapatero. ¿Y ahora? Muchos ayuntamientos están en quiebra y el Gobierno ha recortado las transferencias de capital para el año que viene. Una de dos: o los consistorios se ajustan el cinturón del gasto -incluído empleo temporal- o suben los impuestos, tasas de basura y catastrazos incluídos.