Dice luchar contra la discriminación, pero es una medida para homogeneizar el pensamiento

 

Se multará a los bares que no indiquen los motivos para vetar la entrada. Eso sí, no entra en la ley la discriminación por no permitir la educación para los hijos en castellano en Cataluña o País Vasco.

En el fondo, la nueva ley que se aprobó la semana pasada en el Consejo de Ministros lo que pretende es cerrar todos aquellos lugares en que no se siga la línea de pensamiento actual. Así, casos como el de hace unos años de un restaurante que se negó a acoger un banquete de una pareja de homosexuales, podrá ser sancionado con 500.000 euros por discriminar.
El cartel con la frase Reservado el derecho de admisión ya no servirá para nada, a no ser que se coloque una lista con las razones que se alegan contra el rechazo.
Y es que aunque se quiera presentar como una defensa de todas aquellas personas que se sientan discriminadas, en el fondo consiste en una táctica para situar toda la línea de pensamiento en un mismo rail y evitar así maneras de pensar distintas de las oficiales (o por lo menos evitar que se expresen).
Eso sí, como todo está envuelto en un halo político, resulta que la discriminación por tema lingüístico en comunidades como Cataluña o País Vasco no se ve defendida por la ley por lo que los padres de familia que quieran educar a sus hijos en lengua castellana no podrán acogerse a ella.
Dentro de poco, cualquier cosa servirá para demandar a los demás: inquilinos a los que no alquilan un piso, personas que no puedan entrar a un club social, etc Pero mientras tanto, que nadie se salga del redil que viene el pastor con la vara
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com