Sr. Director:
Que sí, que sí, que somos todos muy modernos, y somos más que Dios y más que nadie, y patatín, y patatán. Pero permítanme compartir el estupor que me ha provocado leer que los propietarios de dos clínicas abortistas 'estaban esperando el milagro de la aparición de inversores que evitaran su cierre'.


Ten paciencia, Señor, y gracias por no haber permitido ese 'milagro'.

Alberto Asensi Vendrell