El mundo ha cambiado, Por eso los principios básicos de la sabiduría, antaño resumidos en Bien, Verdad y Belleza (BVB), han sido reformados por el progresismo, la fuerza cósmica que amena en el nuevo mundo, la nueva era, el nuevo milenio, la repanocha. Y el progresismo ha decidido sustituir tan periclitados principios, que sermonan al mundo clásico y la Escolástica Medieval, por otros más acordes con los tiempos que vivimos (no sé de dónde he podido extraer una frase tan singular). Por ejemplo, los ministros socialistas y los jóvenes leones del PP, los del alma laica, han decidido que la BVB, tiene nombre de banco, no hace cultural. La han sustituto por la triple T, que no significa tonto por tres veces, sino Talento, Tolerancia y Tecnología. El propio alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, uno de los hombres fuertes del felipismo histórico, defendió este cambio fundamental durante su última aparición pública, mientras a su lado, el pepero y por supuesto amigo, Alberto Ruiz Gallardón asentía y sonreía, no diré beatíficamente, pero sí con mucho talento.

Porque claro, lo de bondad sonaba cursi. Sin embargo, el talento es cosa bien distinta. El talento alude a la forma, no al fondo de las cuestiones. No se pregunta por los porqués, sino por el cómo. Y así debe ser. Miren ustedes, el talento se siente, el bien se piensa y se asiente. Es decir, el talento es mucho más divertido. Además, quién sabe lo que es bueno y lo que es malo

La tolerancia sustituye a la verdad. Natural. Es cierto que Pilatos lo dijo hace 2.000 años, pero sigue siendo ciert ¿qué es la verdad? No, lo que importa es tolerar al contrario, porque si la verdad no existe: ¿qué más da lo que diga el contrario? Por qué no había que aceptarl una afirmación vale tanto como otra y ninguna vale nada. Más que por respeto al otro, la tolerancia se guía por el aburrimiento, por el tedi ¿para qué tomarse molestias?. Ya se sabe que el hombre moderno corre el riesgo de perder algo aún más importante que el instinto sexual: el instinto de asombro. Si pierdes el instinto de asombro, acabas perdiendo el instinto de supervivencia.

La tercera t es básica para la nueva biblia del Univers por mor de la subjetividad radical -de hecho, lo único radical en el progresismo es la subjetividad- la belleza es algo muy opinable. Todo es opinable menos precisamente es que todo es opinable. El feísmo, que es la tendencia estética que subyace a casi todas las modas actuales, provoca que el sentido común, el último superviviente del naufragio, se rebele. Porque, claro, la belleza puede ser todo lo subjetiva que ustedes quieran, pero puestos a comparar casi todos los varones prefieren a Angelina Jolie que a Rosi de Palma.

Así que déjense de bellezas. Sustituyamos la categoría belleza por la eficiente tecnología, algo frío, matemático, científico, definitivo, viril. Y ya tenemos la triple T, que es algo parecido a la triple A, sólo que en progre, es decir, en tripletonto.

Eulogio López