Lo decía un viejo empresario gallego: "Loisiño, los negocios hay que hacerlos sin dinero, porque si uno pone los cuartos puede perderlos".

Y José Miguel Contreras, y Jaume Raures, Globomedia y Mediapro, líderes de La Sexta, se lo han tomado al pie de la letra.

Ellos sólo tenían el plácet político, la licencia, la concesión, el privilegio, pero les aseguro que les bastó. Liaron a los mexicanos de Televisa, que no sólo compró el 40% del capital sin mandar nada, lo que se dice nada, sino que, además, prestó "su" capital a Contreras y Roures, socialismo mesetario y socialismo nacionalista catalán, si ustedes me entienden.

En un año, que Contreras y Roures presentan como triunfal, resulta que se han ganado lo previsto para cinco años. Ha entrado en el accionariado Gala Capital y Lluis Bassat, así como la BBK, pero el financiador, el que ha puesto el dinero, ha sido Televisa.

No sólo eso, sino que, al igual que el felipismo contó con Polanco, el zapaterismo quiere contar con La Sexta. Así, Roures y Contreras han anunciado la salida de un periódico diario, la compra de los derechos del fútbol (que, por cierto, no han pagado) y hasta se han atrevido a ofertarle a Polanco por Digital . Le harían un gran favor al cántabro, ciertamente, porque el monopolio de pago por el que tanto luchó constituye hoy su principal losa. Ahora bien, ¿de dónde sacan el dinero Contreras y Roures? Para ser más exactos ¿a quién le van a dar ahora el sablazo?

A Televisa no, desde luego, como le hizo ver su presidente y primer accionista, Emilio Azcárraga Jean, el sábado 17, en Oviedo, durante la Cumbre de la OTI. Azcárraga afirmó en público que el grupo abandonaba toda su aventura exterior para centrarse en México, donde pretenden acudir a la privatización del satélite Satmex, además de –y esto es lo más caro- pasarse al cable, con la compra de cableros por todo el país norteamericano. No sólo eso, sino que Televisa libra ahora una batalla con Mundivisión, el canal hispano de la NBC, es decir, de General Electric, que tiene muchos posibles.

Eso es público. En privado fue mucho más duro, y, en palabras muy finas acusó a los directivos de La Sexta de dilapidar el dinero de Televisa.

Y es que los imperios, pro ejemplo periodísticos, que nacen en dos días suelen morir en otros dos. Cuentan con el favor político, pero eso no es suficiente. Para hacer negocios, de vez en cuando hay que arriesgar algo del propio pecunio. Sobre todo porque cuando es el propio dinero el que está en juego se cuida mucho más: la forma y el fondo de los medios.

Sí, es verdad que Contreras y Roures tienen un rostro pétreo, pero conste que se trata de un rostro progresista.

Eulogio López