• Día de contrastes: mientras los madrileños abarrotaban las calles y la plaza de Oriente, Alberto Garzón (IU) decía en Twitter que "un día cualquiera hay mucha más gente en la Gran Vía".
  • En la ceremonia ha habido una llamativa ausencia de símbolos religiosos, pero curiosamente la primera visita de los nuevos Reyes será al Papa Francisco.
  • Zapatero, muy expresivo, señala que "el discurso de Felipe VI ha sido completo, directo y valiente en los temas fundamentales".
  • Aznar, más contenido, se limita a un "todo muy bien".
  • PP y PSOE coinciden en la normalidad del relevo en la Jefatura del Estado.
  • Pero hay diferencias. Jáuregui destaca que "la monarquía no ha puesto jamás ni una objeción a la Ley del Aborto"… y Soraya que el discurso del nuevo Rey "ha sido muy sentido, muy personal, muy bonito".
  • Los nacionalistas se pierden en los aplausos. El PNV dice que Urkullu aplaudió cuatro veces y CiU, para justificar que Mas no lo hizo, comenta que lo importante es el "respeto institucional y la mano tendida".

La jornada de la proclamación de Felipe VI comenzó en torno a las nueve y media de la mañana, cuando Don Juan Carlos impuso a su hijo el fajín de Capitán General. Un acto en el que ya se ha visto el nuevo escudo, que el próximo viernes aprobará el Consejo de Ministros. Desde allí, el Rey, su consorte y sus hijas se han traslado al Congreso de los Diputados, donde ha habido una llamativa ausencia de símbolos religiosos. Resulta curioso que la primera visita de los nuevos Reyes (ambos en la imagen) vaya a ser al líder de la Iglesia, el Papa Francisco. Después viajarán a los tres países vecinos (Marruecos, Portugal y Francia), como primeros destinos internacionales.  

En la Cámara Baja, Felipe VI ha jurado la Constitución y ha sido proclamado Rey por Jesús Posada, que ha lanzado unos sonoros "¡Viva el Rey!", ¡"Viva España!". Después ha leído su primer discurso como Jefe del Estado, donde ha destacado su compromiso; ha dado las gracias a su padre, Don Juan Carlos, y a su madre, Doña Sofía; ha recordado a las víctimas del terrorismo y también ha hablado de renovación de la monarquía, así como de la unidad y la diversidad de España, entre otros aspectos.

Tras el desfile militar, los Reyes han recorrido varias calles de Madrid en un Rolls Royce descapotable, hasta llegar al Palacio Real, donde han saludado desde el balcón a los ciudadanos. Luego han realizado un largo besamanos, por el que han pasado los casi 3.000 invitados al cóctel, representantes de varios ámbitos de la sociedad española (políticos, empresarios, cantantes, deportistas, toreros, periodistas, líderes sindicales…).

Varios personajes de la política han hecho declaraciones sobre la proclamación y el discurso del Rey, que lleva a preguntarnos si tenemos una España ingobernable, pues el espacio entre los vítores de unos y los silencios de otros es bastante amplio.

Todos los políticos se han quedado con alguna parte del discurso de Felipe VI, en rasgos generales calcando su orientación ideológica. Por ejemplo, mientras Madrid demostraba que sigue siendo monárquica -miles de personas vitorearon al nuevo Rey, abarrotaron las calles entre el Congreso y el Palacio Real y llenaron después la plaza de Oriente-, el diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón tachaba de "ridículo espantoso" en Twitter la falta de público. "Un día cualquiera hay mucha más gente en la Gran Vía de Madrid", ha dicho y no se ha imputado o no se le veía, un inconveniente de la red social. En fin, es sólo una anécdota. El resto de declaraciones, grosso modo, han sido más certeras.

También se han unido a ese coro los tres ex presidentes del Gobierno, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. ZP ha sido el más expresivo: le ha gustado "mucho el discurso, que ha sido completo, directo y valiente en los temas fundamentales", en la misma línea que González. Aznar se ha limitado a decir que "todo me ha parecido muy bien" en el acto de proclamación y el discurso.

Vamos al PP. El presidente Rajoy, ha destacado la "tranquilidad y normalidad" en el cambio en la Jefatura del Estado. "Nunca jamás en la Historia de España la sucesión se había hecho con la tranquilidad con la que se ha hecho ésta, y pienso que esto es reconfortante y para sentirse contentos y orgullosos". Sáenz de Santamaría ha preferido destacar lo que ella ha visto como un guiño a Cataluña y a la España plural y ha dicho, además, que el discurso "ha sido muy sentido, muy como es el nuevo Rey, muy personal, muy bonito".

Vamos al PSOE. Han faltado declaraciones de Rubalcaba, pero no de Elena Valenciano, en la misma línea, paradójicamente, que Soraya Sáenz de Santamaría. Hispanidad se queda con las de Ramón Jáuregui, uno de los eurodiputados socialista. Don Ramón ha destacado que Juan Carlos I ha hecho "ejercicios notables de defensa de la democracia y no ha puesto jamás ni una objeción a la Ley del Aborto ni al modelo de desarrollo autonómico". Esclarecedor. Y ha añadido que hemos vivido "una tramitación de una sucesión en nuestro régimen político de un Rey a otro". También ha hablado el diputado Alfonso Guerra para decir que el discurso de Felipe VI "ha sido un buen discurso en el que ha ligado la tradición y las dificultades que hay desde el punto de vista social, muy importante que eso se incluyera en el discurso. Ha llegado a los problemas de representación territorial que hay hoy y, bien conocen, y ha hecho una declaración clara de defensa de la Constitución, de los valores de libertad y democracia".

Giro a la izquierda. Hispanidad se queda con lo que ha dicho Gaspar Llamazares, que les va sorprender muchísimo. Ha dicho que el discurso de Felipe VI ha sido "rancio y vacío" porque no ha oído "ni un sólo compromiso de transparencia, lucha contra la corrupción y respeto a la Justicia, en relación a su casa real". Llamazares habla, muy en línea con IU, de "blindaje dinástico".

Pasamos a los nacionalistas. El lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, que aplaudió cuatro veces a Felipe VI -a diferencia de Artur Mas-, pero no en el discurso, cree que es "demasiado pronto para juzgar el compromiso real con el nuevo modelo de Estado" -o sea, lo que reclama el PNV- y que "es tiempo de diálogo y acuerdo". Se ha quejado de que no ha habido "ni una mención al Estado plurinacional ni a las nacionalidades y sí a la soberanía nacional". En otras palabras, no ve "ninguna novedad", igual que CiU. El portavoz ha sido el diputado Pere Macias. Ha señalado que, aunque el presidente de la Generalitat, Artur Mas, no ha aplaudido el discurso, cree que los nacionalistas han mostrado un "profundo respeto institucional" y que ha de interpretarse como una "mano tendida". Y ha concluido: "Esperamos que este cambio en la cúpula de las instituciones del Estado signifique también un cambio hacia temas que saben que desde Cataluña son vistos con cierta dificultad".

La recepción a los casi 3.000 invitados, que ha acabado cerca de las tres y media, ha puesto el broche de oro a un día histórico en el que las redacciones de los medios de comunicación, incluida la de Hispanidad, no han parado ni un minuto y han echado humo. Habrá que esperar para ver cómo son los días posteriores de este reinado.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com