• Las autoridades americanas exigen al primer banco francés 3.600 millones de euros por ayudar a evadir impuestos.
  • Los 2.700 millones de euros que ha provisionado para afrontar la multa se quedan pequeños.
  • El banco teme, no sólo el perjuicio en su imagen de marca, sino el impacto en el balance. En 2013 ganó el 26,4% menos.
  • Es uno de los 'tocados' ante las próximas pruebas de solvencia de las autoridades europeas a la banca continental.
  • Por otra parte, Credit Suisse ha pactado esta semana una multa de 1.824 millones de euros por el mismo delito: evasión fiscal en EEUU.
Primero fue el segundo banco suizo, Credit Suisse, y ahora el primer banco francés, BNP Paribas. Y en los dos casos por el mismo motivo: ayudar a ciudadanos americanos a evadir impuestos; es decir, fraude fiscal. Las autoridades de Estados Unidos exigen al banco galo 3.600 millones de euros para 'enterrar' varias investigaciones en curso sobre esos negocios turbios. La cantidad de la multa es lo único que queda por fijar, porque las negociaciones llevan en curso más de una semana y es previsible que no se anuncien hasta junio. BNP, oliéndose la tostada ya ha provisionado en sus cuentas 2.700 millones de euros para afrontar la sanción, mil menos que los que le exigen las autoridades americanas. Y deberá hacerlo, porque de lo contrario peligra su licencia para operar en EEUU. El caso de BNP es distinto al de Credit Suisse. El banco francés es, junto a Crédit Agricole y Societé Générale, el que más preocupa a los mercados. Ninguno de los tres ha realizado las reformas que requiere el futuro del sector en Europa. Y las pruebas de solvencia -test de estrés- están a la puerta de la esquina. BNP Paribas cerró 2013 con un descenso de su beneficio neto del 26,4%, hasta 4.800 millones de euros, y a pesar de remontar un 5,2% en el primer trimestre (1.668 millones de euros), redujo su cifra de negocios un 0,6%. Era el momento de informar de lo que veía venir: advirtió, en efecto, que las multas que afronta en EEUU " podrían ser muy superiores a la cuantía de las provisiones". La conclusión, por tanto, es clara: las multas no sólo pueden perjudicar su prestigio de marca, sino también lesionar seriamente su balance hasta precipitar una crisis en la entidad. Mal momento para afrontar pruebas de solvencia. Tanto Credit Suisse como BNP sacan jugosos beneficios con la gestión de carteras de clientes ricos. En los dos casos han ayudado a los clientes americanos a engañar a las autoridades fiscales de su país, ocultando los activos en cuentas bancarias. Credit Suisse entonó el 'mea culpa' el martes de esta semana -lamentamos profundamente el mal comportamiento pasado", señaló en una nota su presidente ejecutivo Brady Dougan-, y aceptada su culpabilidad, pagará la multa de 1.824 millones de euros 'pactada' con las autoridades estadounidenses. Ahora llega el turno a BNP Paribas, que afronta una multa que duplica la impuesta a Credit Suisse. También en el caso del banco francés, tanto los departamentos de Justicia y del Tesoro como las autoridades del Estado de Nueva York, llevaban años tras ellos. Las investigaciones comenzaron en 2010 con fin de averiguar si BNP ayudó a engañar a las autoridades fiscales entre 2002 y 2009 en sus actividades de financiación, en concreto, en el comercio de productos básicos con países como Irán o Sudán. No es la primera vez que la banca europea queda atrapada en escándalos de este tipo. Le pasó lo mismo a UBS, el primer banco helvético, que tuvo que pagar una multa por el mismo motivo hace cinco años, aunque tres meses menor que la impuesta a Credit Suisse. Mariano Tomás mariano@hispanidad.com