Aparece doña Soraya Sáenz de Santamaría acompañada de los ministros Ana Mato, Cristóbal Montoro, Fátima Báñez, todos muy sonrientes, alrededor de una mesa. (En la imagen). No es grande la estancia para que la cámara de TV -que de eso hablamos- pueda salir en la tele. La voz en off nos informa del plan de ayuda a la familia. Ayudas del Gobierno a la familia, por si no lo habían cogido.

Lo primero que vende el publirreportaje de RTVE es la conciliación. Pero para eso no necesitamos al Gobierno.   

Miren ustedes, una pareja que se casa no es merecedora de ayudas por el mero hecho de casarse. Conviven en común porque les da la gana y suman dos sueldos potenciales para dos personas. Cuando la familia, y especialmente la mujer, empieza a ser acreedora de la ayuda pública, es cuando la susodicha pareja tiene un hijo. Ahí sí, porque entonces la pareja dona a la sociedad, a lo público, aquello que la sociedad española más necesita: hijos-contribuyentes-futuros pagadores de las pensiones de sus padres. Y la mujer tiene más derecho que el hombre a recibir esas ayudas, por cuanto es ahí, en la maternidad, donde la mujer sufre discriminación laboral.

En primer lugar, porque las empresas odian a las embarazadas y en segundo lugar porque aunque cuando no existe discriminación laboral la mujer que decide ser madre no logra ascender en la escala laboral como el padre, especialmente si dedica el tiempo debido a la crianza del hijo. Del futuro contribuyente, si lo queremos contemplar con un mero agente productivo. Es decir, instaurar un salario maternal, como existe en muchos países de nuestro entorno: Francia, Alemania, Irlanda, Bélgica, etc.

Y le aseguro que no son salarios de 100 euros mensuales durante los tres primeros años de vida: son salarios que intentan aproximarse al mínimo, entre metálico y ayudas anexas a la crianza, guardería, etc.

Ojo, y hasta que el hijo se independice, no hasta que la madre se reincorpore al trabajo. ¡Ah!, ya sea para madres trabajadoras o en paro. En España, si no trabajas no te dan ni la mísera ayuda temporal de 100 euros.    

Pero, sobre todo, si de ayudas públicas hablamos, no puede ser que el PP, con mucha cara, anuncie desgravaciones fiscales, en lugar de salario maternal, como si fueran ayudas públicas. No lo son. Sólo desgrava quien puede desgravar, quien antes ha tenido unos ingresos necesarios para poder pagar menos al fisco. Lo que los padres, especialmente las madres, precisan, no son desgravaciones fiscales, sino un salario maternal.

Y es que los sorayos tienen mucha cara y en lugar de rascarse el bolsillo -no su bolsillo, sino el de los contribuyentes- prefieren quedarse en el muy feminista término de conciliación. Que el hombre colabore más en el cuidado de los niños. Eso está muy bien, sí, pero resulta gratis y si ese hombre que tiene que cuidar del niño carece de medios para alimentarlo, ya puede poner mucha voluntad en la crianza que seguirá pasando apreturas.

¡Pero qué cara más dura tiene el PP!

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com