Las declaraciones de Galán enfurecen a los Entrecanales y a los Benjumea

El pasado domingo, en el suplemento económico de ABC, el presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán, se despachaba así contra la energía solar: Las primas fotovoltaicas se hicieron con un objetivo claro y se puso un límite, pensando en utilizar esa energía en zonas rurales como medio para evitar deslocalizaciones. Pero la energía solar se ha trasformado en un instrumento financiero que no se ha limitado hasta ahora. Además, puede causar problemas al sistema eléctrico y encarece la tarifa a cambio de una producción mínima. Para Galán, la solar no es un producto energético, sino financiero.

No se puede decir más en menos palabras. Traducido al cristiano: quienes se dedican a la solar son unos señores que se aprovechan de erario público para producir una energía carísima que apenas produce nada. Una energía que es más de veinte veces más cara que la nuclear, cinco veces más cara que la térmica de carbón o gas y cuatro veces más cara que la eólica, que vive gracia a las subvenciones públicas que tan generosamente reparte le espíritu tonti-ecológico de ZP (esto no lo dice Galán, lo añadimos nosotros).

Los dos grandes productores de fotovoltaica, la andaluza Abengoa -familia Benjumea- y la madrileña Acciona -familia Entrecanales- han montado en cólera contra Galán. Los Benjumea incluso montaron toda una campaña publicitaria en la que se vendía la enorme rentabilidad social de las energías renovables, y, en especial, la fotovoltaica. Por su parte, José Manuel Entrecanales no es la primera vez que se las tiene tiesas con Galán, pues ya en Vodafone España se enfrentaron abiertamente. (Galán se refería a los March, los Entrecanales y a Juan Abelló como los señores millonarios). Pero es que ahora, como presidente de Endesa, Entrecanales se ha convertido en el gran detractor de la energía nuclear, a pesar de que Endesa es el primer productor de esta energía. A lo mejor es porque está de paso en la eléctrica.

Galán es el principal productor de energía eólica, que también cuenta con subvenciones, pero a la solar ha renunciado: demasiadas primas pero una burbuja que, por su carestía e inutilidad, alguna vez tiene que estallar. Por eso se ha bajado del autobús solar y habla claro. Lo cual, aunque sea de forma interesada, siempre es de agradecer.