Por exceso de presupuesto y defecto de rentabilidad política

Los diplomáticos son unos señores que tratan de maximizar la rentabilidad política. En el caso de la cumbre de la mujer africana celebrado el pasado fin de semana en Valencia, Exteriores no observaba un ratio razonable. Demasiado presupuesto para escasa rentabilidad política. Así que Moratinos hizo presión para tratar de evitar que fuera su ministerio quien financiara el aquelarre feminista.

Pero con De la Vega hemos topado. La vice estaba obsesionada con volver a repetir su sarao feminista al estilo Maputo. Y al final acabó imponiéndose. Como siempre. Porque la gran batalla en el ministerio se ha situado entre diplomáticos y cooperantes. Los primeros, de carrera, con oposición; los segundos, oenegeros. Los primeros, con presupuesto recortado; los segundos, con presupuesto garantizado. El problema es que ni Leire Pajín ni De la Vega soportan a los diplomáticos. Sencillamente no los aguantan. Son casi tan 'casposos' como los curas y los jueves... Y esta es la razón por la que todo el recorte presupuestario de Exteriores haya ido al servicio exterior y la razón por la que Zapatero ha reiterado en varias ocasiones que el presupuesto de Desarrollo no se toca. Y eso a pesar de que todo el mundo sabe que en España no existen ONGs suficientes como para enchufarles 5.000 millones de euros. Por eso las cifras de cooperación bilateral han crecido como la espuma sin contraprestación conocida. No es que el Gobierno se sienta generoso. Es que no hay donde meter 5.000 millones de euros.