Josep Oliú pretende convertirse en el tercer banquero del país, aprovechando que Jaime Botín está de retirada. No obstante, entre los dos no alcanzan al Popular, especialmente en beneficio. Las malas relaciones entre los hermanos Botín condicionan el futuro de los Botín en banca

La ambición de Josep Oliú es conocida en todo el sector bancario español. Quiere convertir al Sabadell en el tercer banco del país y no desperdicia ninguna ocasión para conseguirlo. Lo hace bien, a fin de cuentas, el Sabadell es un banco cada vez más rentable, y bien entrenado en absorciones tras la adquisición del Atlántico. Con Juan María Nin como primer ejecutivo, el balance está en orden. Pero ahora Oliú quiere dar un nuevo salto, esta vez con Bankinter, entidad que está en venta por la sencilla razón de que su primer accionista, Jaime Botín está de retirada y ni se habla con su hermano Emilio. Jaime abandonó el SCH dando un portazo. Ahora mantiene más de un 10% del capital de su Bankinter, sin permitir que el indio Ramchad Bhawnani, que también posee el 10%, le supere. Ni que decir tiene que el banco de España estaría feliz de que el menor de los Botín se retire del negocio cediéndoselo a una entidad conocida como es el Sabadell.

Al final, la suma de Bankiner y Sabadell no alcanza al Popular, pero se quedaría a un paso. Así, el Popular tiene unos activos de 85.365 millones de euros, frente a los 48.227 del Sabadell y los 37.452 de Bankinter: empate. La inversión crediticia del Popular se eleva a 60.593 millones, mientras el Sabadell se queda en 37.541 y el Bankinter en 22.960, otra vez el empate. Por capitalización, el Popular vale en bolsa más de 12.000 millones de euros, mientras el Sabadell se queda en los 6.500 millones mientras Bankinter está en los 3.350. Y lo que es más resolutivo, si nos fijamos en los beneficios del primer semestre del año : el Popular obtuvo 424 millones de euros frente a los 215 de Sabadell y a los 100 de Bankinter.

Pero es la despedida de Jaime Botín, convertido ya de hecho en todo un rentista, la que puede precipitar los hechos. Las relaciones con su hermano Emilio no pueden ser peores (casi ni se hablan, comenta un miembro de su entorno) y el indio Bhawnani es un financiero que busca rentabilidad. Las ruptura ente los dos hermanos complica la herencia Botín, que en su día pasaba por una fusión entre Banesto y Bankinter.

Eso sí, lo que no va a aceptar Jaime Botín es mantenerse en el capital de un banco que no controla. Lo que quiere es dinero contante y sonante. A fin de cuentas, la teoría de don Jaime es que la banca es un negocio en estado terminal. O mejor dicho, lo que dice es que o la banca se hunde o tendrá que cambiar es su modelo de negocio de principio a fin.