Ahora se da un nuevo racismo en Bélgica, donde ha saltado la polémica al nombrar a Maggie de Block (en la imagen) ministra de Sanidad, Asuntos Sociales y Deporte. ¿Por qué No por corrupción ni por desafortunadas declaraciones, sino sencillamente porque esta política de 52 años, médica de carrera, tiene obesidad.

El asunto prendió como la pólvora en las redes sociales y los medios de comunicación con ofensivos vídeos, burlas y caricaturas, en los que se cuestiona su idoneidad para estar al frente de la cartera dedicada al bienestar de la población. Poco más y se la tilda de ser un peligro para la salud pública. Todo esto simplemente por la absurda cultura de la imagen en la que vivimos; juzguémosla por lo que hace y no por su físico.

Críticas que no tienen fundamento. De Block no es nueva en política, sino que tiene una amplia trayectoria, por ejemplo, fue secretaria de Estado de Inmigración y se ganó fama de "dura". Además es una de las más respetadas por sus compañeros y una de las políticas más valoradas del país (74% frente al 38% del primer ministro).

Sin embargo, este asunto de discriminación recuerda otro parecido, que ocurrió el año pasado con la entonces ministra de Integración en Italia, Cécile Kyenge, de origen congoleño, que tuvo que soportar insultos y ofensas por ser de raza negra. Increíble que todo esto suceda en pleno siglo XXI, en vez de avanzar vamos para atrás como los cangrejos.

Hispanidad

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