Durante la recepción a Néstor Kirchner, Alberto Aza transmitió a Jorge de Esteban, presidente de El Mundo, el malestar de la Zarzuela por la deriva republicana de Zapatero. En la familia real preocupa la Ley de Memoria Histórica que promueve Fernández de la Vega y que consideran lesiva para la imagen de la monarquía.

Ocurrió durante la recepción real ofrecida al presidente argentino Néstor Kirchner, durante su reciente viaje oficial a España, el jefe de la Casa Real, el diplomático Alberto Aza, se sinceraba con quien no debía, con el presidente del Consejo de Administración de Unedisa, editora del diario El Mundo, Jorge de Esteban. Tras alabar los artículos del catedrático de Derecho Constitucional, uno de los más firmes detractores de las cesiones de Zapatero ante los nacionalistas, Aza descargaba toda su furia contra la insensatez del Presidente del Gobierno. Aún más que las tensiones territoriales que, según el jefe de la Casa Real, Zapatero ha creado sin necesidad alguna de ello, al representante de la Zarzuela le preocupa las veleidades republicanas del actual Gobierno. Más en concreto la normativa y proyectos sobre memoria histórica, tarea que cuida con especial mimo la vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, y que ha conseguido, siempre según la misma fuente, que en España se vean en todo tipo de actos más banderas tricolor que en toda la Transición democrática.

Hasta tal punto es así que en la Zarzuela se mira con lupa la agenda tanto de los Reyes de España como de los Príncipes de Asturias y tratan de evitar aquellos actos que, por su carácter abierto puedan proporcionar una oportunidad a los partidarios de la Tercera República para exhibir sus símbolos. En Zarzuela no olvidan la contestación, que suponen organizada, que provocó la visita al sur de Madrid de los Príncipes de Asturias, despedidos con banderas roji-gualda-moradas.

Por las mismas, en sentido contrario, Aza comentaba su empeño en que los miembros de la Casa Real acompañaran a la Selección española de fútbol en el mundial Alemania 2006: la bandera más flameante el toro de Obsborne es mayoritariamente bicolor.

Ahora bien, si Zapatero y Fernández de la Vega insisten en presentar el periodo de la Segunda República como el más democrático de nuestra historia no cabe duda que el sentimiento republicano crecerá, precisamente en un momento muy delicado de la Transición monárquica: Aza es muy consciente de que la popularidad de Don Juan Carlos es muy superior a la de Don Felipe.

En cualquier caso el Jefe de la Casa Real ya dijo ese día mucho más de lo que la discreción del cargo aconseja. No olvidemos que Aza ya tuvo una gloriosa metedura de pata el día en que negó la probable anorexia de Doña Letizia Ortiz: Excusatio non petita, acusatio manifesta.

Y tampoco resulta muy discreto desahogarse con el presidente de un diario. Pedro J. Ramírez se ha propuesto como presidente de una posible Tercera República en el caso de que se produjera una crisis institucional que afectara a la forma de Estado.