El Banco de Inglaterra los coloca en el 2%, el menor nivel desde 1951

La presión de los gobiernos europeos ha tenido su efecto. Todos comparten que los gobiernos han extremado los márgenes en política presupuestaria y que es hora de que el BCE arrime el hombro. Los analistas habían pronosticado un recorte en la reunión de este jueves de 75 puntos básicos, el mayor recorte de la historia. No se han equivocado.

Finalmente, la autoridad monetaria ha decidido recortar un 0,75% los tipos hasta situarlos en el 2,5%. De alguna manera ya estaba anticipada por el recorte del euribor. Ahora lo que queda es que el euribor descienda todavía más, que la prima de liquidez se desinfle y que eso ofrezca cierto oxígeno a familias y empresas. Muchos analistas comparten que lo que ha generado la crisis, el exceso de liquidez, es ahora la medicina. Puede que tengan razón. Pero lo que es evidente es que esto no puede ser para siempre y que en cuanto se restablezcan los mercados, los tipos deberían regresar a niveles de normalidad.

Si -como pronostica el BBVA- los tipos se sitúan en el 1% en el 2009, probablemente regresemos a una situación española de tipos reales negativos. De nuevo un incentivo para el apalacamiento excesivo y para repetir los errores del pasado. Sobre todo si las pérdidas se socializan. El perímetro de riesgo puede ensancharse. Lo que está claro, sin embargo, es que de momento, el recorte de tipos del BCE es un alivio importante y una señora inyección de liquidez.

Gran Bretaña no se ha quedado fuera de este consenso europeo. El Banco de Inglaterra ha rebajado sus tipos hasta el 2% situándolos en el mismo nivel en el que estuvieron en 1951. El consenso mundial es que los banqueros centrales deben de favorecer la liquidez. De acuerdo. Pero eso es 'pan para hoy y hambre para mañana' si no va acompañado de una mejor regulación y de un rearme moral.