De vez en vez, el gobierno amenaza con retirar la financiación de la Iglesia si ésta eleva la presión más de lo que consideran tolerable. El ala más laicista del PSOE sostiene además que el gobierno debe dejar de financiar a la Iglesia con independencia de su actitud. Son el poli malo, porque el poli bueno sabe que lo mejor para tener a la Iglesia callada y permanentemente sometida es mantener la amenaza permanente de retirar la financiación. Teniendo en cuenta que la financiación de la Iglesia es el chocolate del loro dentro de los presupuestos Generales del Estado es la actitud más previsible.

Pero ocurre que el gobierno y la Iglesia se han comprometido a pactar para los próximos presupuestos un nuevo modelo de financiación. Antes del verano no se había celebrado reunión formal alguna, aunque sí algún encuentro informal. Y el tiempo apremia. Así que el ala laicista presiona desde las páginas del ABC con un plazo : exigirán que la Iglesia alcance la autofinanciación total en el plazo de cinco años. Desconocemos si pedirán lo mismo a los sindicatos, ONGs y partidos políticos, pero probablemente sería una buena práctica para medir la vitalidad de la sociedad civil.