Sr. Director:

Soy un asiduo lector de Hispanidad desde hace mucho tiempo. Siempre interesantes sus artículos.

No obstante, en este caso voy a hacerle una objeción a uno de ellos, en el que Ud., al hablar de la crisis de Honduras, dice que a Dios hay que dejarlo fuera de las trifulcas políticas.Dejando de lado la voz trifulca que puede aludir a camorra entre gente de baja ralea, y sustituyéndola por luchas o combates no podemos expresar que allí debemos dejar a Dios de lado.

Con Dios hay que emprender el buen combate, como nos dice San Pablo. La lucha con Dios y por Sus derechos no puede estar ausente de la lucha, o sea del buen combate político. Y no hay que asustarse porque la inscripción Dios esta con nosotros estuviera en cintos de soldados alemanes, rusos, españoles o portugueses.

No sé, ni hace al caso, si es verdad, habrá que rescatarla y no por eso dejar de decirla y sostenerla. La política, en el buen sentido, debe ser iluminada por la Fe y la recta razón. La prescindencia y negación de Él en lo político ya lo vemos en los políticos liberales o marxistas, y esos si que lo dejan de lado. Y así nos va.

Entiendo, con todo respeto, que no hay que hacer un cuco con determinadas cosas, diciendo que ya no pueden decirse porque las utilizó fulano o mengano, que eran malos. Dios, Su valor y Su luz no son patrimonio de banderías, pero deben iluminar el buen combate del católico.

Jorge Andregnette

jandregnette@adinet.com.uy