• El acto festivo, de oración y de formación que tuvo lugar el pasado fin de semana en Madrid fue el broche final a la Semana por la Vida.
  • Pero su objetivo en defensa de la vida va más allá: crear una red de grupos provida en las parroquias.
  • Reig Pla alertó del "feminismo reduccionista" que termina infravalorando a la mujer y mencionó la necesidad de un cambio cultural para generar una cultura de la vida.
  • Tim Watkins: "Las personas discapacitadas son perfectas a los ojos de Dios. Somos nosotros, con nuestro egoísmo, los que nos olvidamos de lo realmente importante".
  • Rouco Varela señaló que "la vida está amenazada porque el hombre no ha querido conocer la verdad de Dios y por lo tanto, su propia verdad" y que es un don para dar como hizo el Hijo de Dios.

En Hispanidad les hemos hablado bastante de DALAVIDA. Este evento festivo, de oración y formación en defensa de la vida tuvo lugar el pasado fin de semana en el Pabellón Multiusos I de la Casa de Campo (antiguo Madrid Arena). Este encuentro, convocado por las tres diócesis (Madrid, Alcalá de Henares y Getafe) que forman la Provincia Eclesiástica de Madrid, puso el broche final a los actos celebrados en la Semana por la Vida, que tiene lugar cada año alrededor de la fiesta de la Anunciación y la Encarnación del Señor.

Pero DALAVIDA no quiere quedarse solo en este acto, sino que pretende ir más allá, ya que su verdadero objetivo para hacer una defensa de la vida aún más fuerte es crear una red de grupos provida en las parroquias españolas. Grupos de personas que defiendan la vida y ofrezcan asistencia y formación.

El evento fue inaugurado por Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, que animó a pedir al Señor que quite la "dureza de corazón de quienes promueven leyes indignas contra la vida humana, las sostienen y hacen negocio con la muerte". Además comentó que "no hay ningún argumento para justificar la destrucción de la vida humana" y que ahora en esta batalla hay que "ganar los corazones".

Reig Pla, que será sustituido al frente de la Comisión Episcopal de Familia y Vida por Mario Iceta, obispo de Bilbao, alertó del "feminismo reduccionista" que termina infravalorando a la mujer y de la necesidad de concebir un cambio cultural en España para generar una cultura de la vida.

El director de la película documental La Sangre y la Rosa, Tim Watkins, ofreció su testimonio de conversión y animó a responder a esa llamada a dar la vida. Él encontró su manera de llevar el mensaje de Cristo gracias a los ojos de su hijo Brian, un joven con autismo que le ha enseñado a recorrer el camino de servir a los demás. "Las personas discapacitadas son perfectas a los ojos de Dios. Somos nosotros, con nuestro egoísmo, los que nos olvidamos de lo realmente importante", señaló.

Tras la inauguración y la proyección de la película, hubo un festival con testimonios, una performance y un concierto, que dieron paso a una vigilia con adoración eucarística. Ya el sábado se dio paso a la formación con el congreso pastoral, en el que una de las ponentes, Mónica López Barahona, señaló un dato que no dejó a nadie indiferente: "con los abortos realizados en España en 15 días -más de 4.000- se cubriría la lista de adopción de un año entero".

El punto y final lo puso una eucaristía, presidida por Antonio María Rouco Varela (en la imagen), arzobispo de Madrid, quien estuvo acompañado de Juan Antonio Reig Pla y Joaquín López Andújar, obispos de Alcalá de Henares y de Getafe. Rouco señaló que "la vida está amenazada porque el hombre no ha querido conocer la verdad de Dios y por lo tanto, su propia verdad". Además reiteró que "para poder dar la vida hay que conocerse humano, saber de dónde se viene y a dónde se va". Pues "la vida es un don y hay que vivir para darla", al igual que hizo el Hijo de Dios.

Este encuentro festivo, de oración y de formación terminó. Los asistentes no fueron muchos, quizás por las inclemencias del tiempo o quizás porque la Iglesia española actual es minoritaria, pero de calidad. Pero como les hemos comentado, el acto de DALAVIDA solo es el comienzo de algo mucho más ambicioso, de una auténtica red de grupos en defensa de la vida en todas las parroquias españolas. Así, el hecho de dar la vida y responder a la llamada se extenderá por todo el país.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com