No está mal para tratarse de un francés. El presidente de la república francesa, Jacques Chirac, ha propuesto recortar en cinco años el impuesto de sociedades del 33 al 20% para evitar la deslocalización hacia los países del Este y China y hacer de Francia un país atractivo para el inversor. Eso sí, considera que la rebaja debería de ser más intensa para aquellas compañías que realicen un reparto equitativo de los beneficios entre los accionistas y los trabajadores. Y también propone que cuando un fondo de inversión venda una compañía, los trabajadores puedan participar en al menos el 20% de dicha plusvalía, ya que finalmente han sido los responsables de ese beneficio.

Una propuesta calculadamente utópica, porque Chirac sabe o debería saber- que los fondos de inversión no tienen nacionalidad y que por tanto no les puede ser aplicable la legislación francesa. Pero estamos en campaña. Y por eso el primer ministro francés Dominique de Villepin propone también que el derecho a la vivienda sea exigible como el derecho a la educación o a la sanidad.

Una demagogia en opinión de la candidata socialista Segolene Royal, que no está para florituras mediáticas. Royal propone en cambio que se aplique la ley que obliga a los ayuntamientos a destinar el 20% del suelo a viviendas sociales. Mucho más sensato, aunque ya se sabe que las VPO son viviendas subvencionadas por los adquirentes de viviendas libres. Pero es que además, Royal se ha atrevido a tocar el mito de la izquierda francesa: la escuela pública. La candidata socialista propone algunas reformas para responder mejor a la demanda social.