Una propuesta de acción y suspense que demuestra que escribir un guión, sin trampas, es muy complicado.

 

Tras un arranque espectacular (en el que muere un delincuente y su rehén) son expedientados y suspendidos de servicio dos inspectores de policía. Poco tiempo después se produce un atraco a un banco y los asaltantes reclaman como negociador a uno de esos inspectores retirados, llamado Quentin Conners. El capitán de la operación, que desconfía del duro Conners, le coloca como ayudante a un joven pero prometedor detective, Shane Decker. A partir de aquí se producirá una espiral de violencia que despertará el olfato del joven policía para desenmascarar al cerebro de una gigantesca conspiración que tiene como objetivo conseguir un fabuloso botín.

 

El cine de suspense siempre ha jugado, incluso con grandes maestros como Hitchcock, a esconder detalles al espectador para dar más emoción a la trama. Pero de ahí a lo que ocurre en Caos, hay un trecho

 

Evidentemente, si se ocultan datos o imágenes decisivas y se narra una historia llena de recovecos se consigue mantener la atención del espectador pero, a la postre, un guión tramposo no satisface a nadie.

 

Creo que entenderán que eso ocurre en Caos, donde volvemos a encontrar al joven actor Ryan Philippe, encarnando a un policía bueno, al igual que hacía en Crash.

 

Para: Los que sean poco exigentes en las películas del género de acción.